Contaminación en las grandes urbes (y III)

Contaminación en las grandes urbes (y III)
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El problema no es nuevo y cada vez afecta más en nuestra vida diaria manifestándose de diferentes formas en nuestro organismo, como irritación de ojos o de vías respiratorias, trastornos en las membranas conjuntivas, agravación de las enfermedades bronco pulmonares, etc.

Existen diversos modos de evitar la contaminación del aire. Las recomendaciones dadas por los noticiarios son correctas, a saber: uso del transporte público, gozar de la capacidad del autodesplazamiento (que muchas bacterias desearían), hacer un uso responsable de calefacciones y aires acondicionados, etc.

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Pero también manteniendo los vehículos motorizados en buenas condiciones o usando chimeneas con tirajes o filtros se ayudaría bastante. No quisiera olvidar la conservación de áreas verdes, ni forestar zonas de escasa vegetación, recordemos que podemos recibir mucha ayuda de las plantas. La óptima calidad de vida exige que el equilibrio de la naturaleza no sea modificado.

El hombre debe aprender que el ambiente no es algo que pueda manejar según su voluntad, sino que él debe integrarse para tener una vida mejor. Un paso importante para mejorar el hábitat sería lograr que el hombre cambie su actitud respetando el ambiente, sus valores y derechos.

Mientras los seres humanos no nos demos cuenta del daño tan enorme que estamos haciendo al contaminar la Tierra, no se podrá hacer nada para tratar de salvar lo que aun nos queda de naturaleza. Y con todo esto, lo único que podemos garantizar es la vida en el planeta, nuestra propia vida.

Por eso tenemos que seguir creando una cultura basada en el respeto y conservación de nuestros recursos naturales. A algunos os puede resultar un mensaje aburrido y repetitivo, pero hasta que no tomemos conciencia del problema, no pararemos de subrayar una y otra vez lo verdaderamente importante que es.

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