Albert Einstein publicó 248 estudio en su vida. Charles Darwin, 119. Louis Pasteur. 172. Michael Faraday, 161. Sigmund Freud, 330. Comparemos estos números con el cuerpo de trabajo de Peter Higgs, quien había publicado solo 25 estudios a la edad de 84 años, cuando recibió el premio Nobel por predecir el bosón de Higgs. O pensemos en Gregor Mendel, quien se aseguró un legado perdurable con solo siete publicaciones científicas a su nombre.
Antes de morir en 1996 a la edad de ochenta y tres años, Erdős había escrito o era coautor de la asombrosa cantidad de 1.475 artículos académicos en colaboración con 511 colegas. En otras palabras: los científicos producen conocimiento de forma muy desigual (al menos en lo tocante a artículos publidados). Por ello, a pesar de que quizá individualmente se publica menos, hay más científicos que nunca, lo que se traduce en mayor producción científica.
La ciencia de la ciencia
La cienciometría es la ciencia que estudia la producción científica con el fin de medir y analizar la misma. Los principales temas de investigación incluyen la medición del impacto, los conjuntos de referencia de artículos para investigar el impacto de las revistas e institutos, la comprensión de citas científicas, el mapeo de campos científicos y la producción de indicadores para su uso en contextos políticos y de gestión.
La cienciometría moderna se basa en gran medida en los trabajos de Derek J. de Solla Price que, en 1961, determinó que el número de científicos se duplica más o menos cada 15 años. Sin embargo, los datos muestran que desde 1961, este ritmo se ha ralentizado ligeramente, con una duplicación cada 18 años.
Si echamos un vistazo a la tasa de publicación de artículos científicos, en función de los datos aportados por Lutz Bornmann y Rüdiger Mutz en un estudio, se confirma también el crecimiento exponencial de la ciencia: desde la segunda mitad del siglo XX, el número de artículos publicados cada año se ha duplicando cada 9 años.
Según leemos en el libro The Science of Science, de Dashun Wang, en los últimos doce años se han publicado la mitad de todos los estudios científicos. Sobre COVID-19, de hecho, ya hemos superado el millón de estudios. Esto no ocurre, básicamente, porque el 90 % de todos los científicos que han existido en la historia están vivos ahora mismo.
Of all scientific papers ever produced, half have been produced in the last 12 yearshttps://t.co/VQKm5eHF4p
— Matt Grossmann (@MattGrossmann) October 27, 2021
Un análisis de más de 53 millones de autores y cerca de 90 millones de artículos publicados en todas las ramas de la ciencia muestra que tanto el número de artículos como el de científicos crecieron exponencialmente durante el siglo pasado. Sin embargo, mientras que el primero creció un poco más rápido que el segundo, lo que significa que el número de publicaciones per cápita ha ido disminuyendo con el tiempo, para cada científico, la productividad individual se ha mantenido bastante estable durante el siglo pasado.
Por ejemplo, la cantidad de artículos que un científico produce cada año ha rondado alrededor de dos durante todo el siglo XX, e incluso ha aumentado levemente durante los últimos 15 años. A partir de 2015, los autores o coautores científicos típicos alrededor de 2,5 artículos por año. Este crecimiento en la productividad individual tiene su origen en las colaboraciones: la productividad individual se impulsa a medida que los científicos terminan en muchos más artículos como coautores.
Historia de la incertidumbre: El elemento del que solo hay un gramo y otras historias sobre física, química y sustancias asombrosas (Pinolia)
En otras palabras, si bien en términos de cuántos científicos se necesitan para producir un artículo, ese número ha tenido una tendencia a la baja durante el siglo pasado, gracias al trabajo colaborativo, la productividad individual ha aumentado durante la última década.
Corolario: como somos muchas personas que antes, también hay más cerebros que antes, lo que se traduce en mayor número de ideas. Mayor innovación. El problema, y eso da para otro análisis, es cómo lo vamos a hacer para analizar todo ese nuevo conocimiento y descartar el grano de la paja. Podéis abundar en todo ello en un libro en el que profundizo en el tema, Historia de la incertidumbre, y del que podéis tener una visión más general en el siguiente podcast: