La gente tiene ideas tan poco realistas de sus propios cuerpos que incluso sus creencias influyen en la autopercepción de los mismos

La gente tiene ideas tan poco realistas de sus propios cuerpos que incluso sus creencias influyen en la autopercepción de los mismos
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Las imágenes internas de nosotros mismos pueden desviarse de lo que ven los demás y ello puede verse afectado por nuestras creencias sobre nuestra personalidad y nuestra autoestima.

Investigadores de la Facultad de Ciencias Humanas y del Comportamiento de la Universidad de Bangor han ideado una forma de acceder a la imagen mental que las personas tienen de sí mismos, y, por primera vez, comparar esa imagen con la realidad.

Tus creencias determinan tu autoimagen

En la investigación del equipo, las imágenes mentales de los propios rostros de los participantes se reconstruyeron utilizando una técnica que se ha empleado en el pasado para ayudar a los psicólogos a visualizar cómo vemos las cosas mentalmente.

Básicamente, lo que se hace es que los participantes vean dos caras al azar y cada vez deben elegir la que se parece más a su propia cara, un proceso que se repite varios cientos de veces. Al final, los investigadores pueden promediar todas las imágenes que la gente pensaba que se parecían más a ellos mismos, y eso les permite visualizar los "selfies mentales" de los participantes.

Así fue cómo descubrieron que las creencias sobre sí mismos afectaron fuertemente a la forma en que se imaginaban su propia apariencia. Por ejemplo, si una persona creía que era extrovertida, imaginaba sus propios rostros como más seguros y sociables de lo que les parecían a otras personas.

Y esto es lo que pasa con el cuerpo

En un segundo estudio, el equipo utilizó el mismo enfoque para visualizar las imágenes mentales de las personas de la forma de su propio cuerpo. Descubrieron no solo que las personas tenían imágenes mentales poco realistas de sus propios cuerpos, sino que estas imágenes mentales estaban fuertemente influenciadas por sus actitudes hacia ellos mismos más que por su verdadera apariencia.

Las personas que tenían actitudes emocionales muy negativas hacia su propia apariencia tendían a imaginarse a sí mismas con un cuerpo mucho más grande que en la realidad.

La adaptación de este método podría brindar a los médicos que brindan apoyo a las personas con trastornos de la imagen corporal una nueva herramienta para medir si las terapias han tenido éxito. Actualmente, esto se evalúa comúnmente mediante cuestionarios que evalúan si las creencias negativas del paciente sobre sí mismo han cambiado.

Al fin y al cabo, no solo es importante la belleza para saber cómo nos tratarán los demás. También resulta crucial si nosotros mismos nos sentimos atractivos o no, y también si nos sentimos mejores o peores que el resto:

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