Estados Unidos se suma a Reino Unido en su rechazo a la homeopatía

Estados Unidos se suma a Reino Unido en su rechazo a la homeopatía
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La FDA (Food and Drug Administration: Administración de Medicamentos y Alimentos​​ de Estados Unidos) ha anunciado medidas tajantes contra muchos productos homeopáticos porque, además de ineficaces, son perjudiciales.

Así Estados Unidos se suma a Reino Unido y otros países en su cerco hacia esta pseudociencia inventada hace cien años que no ha demostrado evidencia de ser mejor que cualquier placebo (y si lo demostrara, pondría en duda la física establecida más elemental).

FDA y homeopatía

La administración perseguirá así aquellos productos para el tratamiento de enfermedades graves, productos dirigidos a “poblaciones vulnerables” y terapias que se aplican por vía tópica o por vía oral. Según el comunicado de la FDA:

En los últimos años, hemos visto un gran repunte en los productos etiquetados como homeopáticos que se comercializan para una amplia gama de enfermedades y afecciones, desde el resfriado común hasta el cáncer. En muchos casos, las personas pueden depositar su confianza y dinero en terapias que pueden aportar poco o ningún beneficio en la lucha contra dolencias graves o, lo que es peor, pueden causar daños importantes e incluso irreparables porque los productos están fabricados de manera deficiente o contienen ingredientes activos que no se prueban o divulgan adecuadamente a los pacientes.

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Recientemente, el National Health Service del Reino Unido también publicaba un documento en el que solicitaba a sus médicos no prescribir numerosos productos, entre ellos homeopatía.

La propuesta basaba su decisión en un informe realizado en 2010 por el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes, que concluía que “el uso de la homeopatía no está basado en evidencia y el beneficio se debe al efecto placebo”.

En España, el Sistema Nacional de Salud no cubre las prescripciones de homeopatía, ya que se exige que los tratamientos a financiar cuenten con evidencia científica.

La homeopatía fue inventada (o sacada de la chistera) por el médico alemán Samuel Hahnemann en el siglo XVIII. Actualmente, sus basamentos no solo son un disparate desde el punto de vista de la física y la medicina, sino que, de probarse que funciona, deberían reescribirse varias décadas de conocimiento científico acumulado. Eso merecería un premio Nobel, como mínimo. O dos.

Finalmente, el consumo de homeopatía es libre. Lo que se trata de lograr con estas medidas es que la homeopatía no se cuele en los dispensarios médicos como si fuera un producto probado más, cuando no lo es (lo que obliga al consumidor a informarse acerca de lo que está tomando para descubrir si se trata o no de una estafa).

Con todo, no deja de ser irónico que la homeopatía se haya puesto de moda, como el rechazo a la vacunación: el posmodernismo cool o el relativimos cultural actual, cuando discrepa de cualquier progreso tecnológico o científico, parece no preferir mejorarlo, sino retrotraerse a la Edad Media.

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