Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (VII): el bisonte

Singularidades extraordinarias de animales ordinarios (VII): el bisonte
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El bisonte es una mezcla de la idea de muchedumbre y de extinción, aunque suene contradictorio.

-Muchedumbre porque las manadas de bisontes de las Grandes Llanuras de Norteamérica podían abarcar 80 kilómetros de largo por 32 kilómetros de ancho. Ninguna manifestación humana (por muy hinchadas que estén las cifras por los manifestantes) ha alcanzado dimensiones semejantes. La explicación sobre estas agrupaciones inmensas se desconoce, aunque numerosos arqueólogos creen que la caza practicada por los primeros humanos los llevó a protegerse de esta forma: el grupo hace la fuerza.

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-Extinción porque en 1890 sólo quedaban 635 ejemplares. La matanza empezó con la construcción del ferrocarril. Los trabajadores necesitaban carne para comer. El ejército se aficionó a fabricar botas con el cuerpo de bisonte. Cazadores como Wyatt Earp o Búfalo Bill segaban la vida de 100 bisontes en una hora. Disparar a un bisonte por diversión desde trenes en movimiento se convirtió en un pasatiempo muy popular.

-Afortunadamente, en la actualidad se han recuperado un poco las cifras: hay unos 350.000 ejemplares.

-Al vivir en manadas tan gigantescas, los machos deben llamar mucho la atención para tener éxito con el sexo femenino. Esto ha llevado a una carrera armamentística que ha llegado al desarrollo de cabezas grandes y patas delanteras y hombros muy fuertes. ¿Para qué? Los machos se enfrentan a toda velocidad sin dejar de bramar y entrechocan las cabezas como si se hubieran vuelto locos. El fragor de la batalla puede escucharse a más de 1 kilómetro de distancia.

Sin la orina de los bisontes no existirían las praderas, ya que transformaba la fertilidad del suelo. Cuantos más bisontes, más hierba y más bisontes. La fragante hierba de la Virgen, utilizada para aromatizar el vodka, crece gracias a la orina de bisonte.

Vía | El pequeño gran libro de la ignorancia (animal) de John Lloyd

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