
El estudio ha sido llevado a cabo por la Universidad de Alabama en Birmingham (Estados Unidos), y ha sido publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition. Anteriormente, sólo un ensayo controlado aleatorio publicado en 1992 había investigado el impacto de saltarse el desayuno y ofrecía las mismas conclusiones, aunque solo con 59 individuos.
En el estudio se tomaron 309 adultos con sobrepeso y sanos, a los que, durante 16 semanas, se les dividió en dos grupos: unos podían desayunar y otros no. Los resultados revelaron que la pérdida de peso de los participantes no se vio influenciada por la falta del desayuno. Tal y como lo señala Emily Dhurandhar, autora principal del estudio:
Ahora podemos seguir adelante con el estudio de otras técnicas para mejorar la eficacia del mismo. Debemos tratar de entender por qué comer o saltarse el desayuno no influyó en la pérdida de peso, a pesar de la evidencia de que el desayuno puede influir en el apetito y el metabolismo.
El siguiente paso sería repetir el experimento para comprobar los efectos sobre las variables metabólicas durante un período de tiempo en relación más largo alimentos específicos.
Vía | Forbes
Foto | Jeff Belmonte