Un equipo de expertos, incluido el profesor Mark Kelson de la Universidad de Exeter, ha llevado a cabo un estudio para determinar si los programas de salud digital son igualmente beneficiosos para los usuarios de todos los orígenes socioeconómicos, descubriendo que no es así.
Concretamente, pues estos programas son significativamente menos beneficiosos para los usuarios con un nivel socioeconómico bajo.
Aumenta la brecha
Para el estudio, los investigadores examinaron más de 14.000 estudios, publicados durante un período de 30 años, seleccionando 19 ensayos controlados aleatorios que evaluaron la efectividad de la tecnología digital, como aplicaciones móviles, sitios web y tecnología de salud portátil como relojes inteligentes, etc.
Descubrieron que, si bien las personas con un nivel socioeconómico más alto mostraban beneficios significativos y a largo plazo del uso de dicha tecnología, las de un nivel socioeconómico más bajo no mostraban ningún beneficio discernible en absoluto.
Además, el equipo sugiere que, en lugar de proporcionar un estilo de vida saludable fácil y disponible para todos, las aplicaciones podrían de hecho estar exacerbando las desigualdades en salud.
El equipo sugiere que los futuros proveedores de intervenciones de salud digital dirigidas a la actividad física y otros comportamientos deben tener en cuenta las necesidades de los usuarios con un estatus socioeconómico más bajo para asegurarse de que, inadvertidamente, no amplíen las desigualdades socioeconómicas.