Leptina: la hormona que te ayuda a adelgazar. Cinco formas de activar su presencia para perder peso

Leptina: la hormona que te ayuda a adelgazar. Cinco formas de activar su presencia para perder peso

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Leptina: la hormona que te ayuda a adelgazar. Cinco formas de activar su presencia para perder peso

En el mantenimiento del peso corporal intervienen diferentes factores que no se encuentran a la vista, es decir, factores externos propios del ambiente y factores internos dentro de cada organismo humano. Así, muchas hormonas participan de la regulación de la energía consumida y gastada y una de ellas es la leptina que puede ayudarte a adelgazar si la controlamos adecuadamente con ese fin.

Qué es la leptina y para qué sirve

La leptina es una proteína que fue identificada hace aproximadamente 20 años atrás, pero descubierta años antes cuando se observó una mutación en roedores que ocasionaba hiperfagia (mucho apetito), letargia, obesidad e hiperglucemias moderadas a causa de la ausencia de esta hormona.

Su nombre deriva del griego "leptos" que significa delgado porque inicialmente se la considero una hormona antiobesidad, pero hoy en día se sabe que tiene muchas otras funciones en nuestro organismo y que no sólo se libera en el tejido adiposo aunque es su principal lugar de producción, sino que también se origina en placenta y en estómago.

La cantidad de leptina en nuestro organismo es proporcional a la de nuestro tejido adiposo, es decir, a más grasa y peso corporal más leptina circulante, y también, más leptina en mujeres que en hombres.

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La leptina circula unida a una proteína y actúa a nivel cerebral indicando con su presencia acerca del estado de nutrientes y energía de nuestro cuerpo y desarrollando principalmente las siguientes funciones que pueden ayudar al control del peso:

  • Inhibe a nivel cerebral y en otros tejidos la producción de neurotransmisores y hormonas que señalizan el hambre o que incrementan el apetito y los deseos de comer, por ejemplo, su presencia inhibe la liberación de grelina, la hormona que nos estimula a comer.
  • Favorece la saciedad y reduce los deseos de comer al estimular la producción de péptidos que señalizan la saciedad o la ausencia de hambre y mediante la reducción del placer en respuesta a los alimentos.
  • Favorece el gasto de energía y la elevación del metabolismo por su participación en la liberación de hormonas tiroideas que regulan el mismo y por estimulación vía sistema nervioso simpático de la termogénesis, es decir, de la producción de calor que requiere calorías.

Por estas tres grandes funciones la leptina se considera un adipostato o una hormona que indica cuál es el estado nutricional del cuerpo avisando al cerebro cuando está faltando energía o cuando sobra para que éste reaccione de diferentes formas e involucrando glándulas y órganos varios en su respuesta.

La leptina es una hormona que puede inhibir el hambre y apetito, producir saciedad y al mismo tiempo, incrementar o reducir el gasto de energía

Es una hormona compleja que puede ayudarnos a adelgazar siempre y cuando no suframos una resistencia a su acción como ocurre en muchos obesos que poseen niveles altos de leptina circulante pero no responden a su efecto como deberían, como señala un estudio publicado en la revista Nature Medicine.

Cinco formas de activar la presencia de leptina en nuestro organismo para bajar de peso

Dado que la leptina es una hormona con una acción compleja, a nivel central o desde el cerebro y también en tejidos periféricos, si no tenemos resistencia a la leptina debemos considerar que hay diferentes formas de activar su presencia para bajar de peso o al menos, de no fomentar su caída que entorpecería nuestros intentos de adelgazar.

Evitar dietas estrictas y ayunos

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Dado que la leptina se libera en función de la presencia de nutrientes y energía, señalizando las reservas energéticas del organismo, las dietas estrictas o muy reducidas en calorías por un tiempo prolongado pueden producir una caída de sus niveles en el organismo, siendo esto uno de los factores que intervienen en la adaptación metabólica.

Una investigación publicada en la revista científica Diabetes demostró que los niveles de leptina comienzan a reducirse tras 12 horas de ayuno y alcanzan su mínimo a las 36 horas del mismo, mientras que cuando se retoma la alimentación normal se requieren 24 horas para que la leptina alcance sus niveles basales.

Por lo tanto, debemos evitar el ayuno prolongado (de más de 12 horas) así como las dietas muy bajas en calorías que pueden reducir considerablemente los niveles de leptina y lejos de ayudarnos a adelgazar, entorpecer la pérdida de peso a largo plazo así como el mantenimiento del peso perdido.

Ejercicio regular y por largo tiempo

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Aunque el ejercicio produce gasto calórico y puede reducir la cantidad de grasa en nuestro cuerpo siendo esto un desencadenante de las caídas de leptina, a largo plazo el entrenamiento no genera tales efectos, aunque se reduzca la masa grasa en el organismo.

Por otro lado, una ejercicio regular demostró en roedores mejorar la sensibilidad a la leptina, algo que podría ser de ayuda en personas obesas con resistencia a la acción de esta hormona o que podría fomentar los efectos "antiobesidad" de la leptina en nuestro cuerpo mientras intentamos bajar de peso.

Controlar el estrés

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El estrés engorda produciendo diferentes cambios en nuestro organismo y uno de ellos es mediado por hormonas como la leptina con la cual existe una intensa relación como ha concluido un estudio publicado en Biological Psychology, ya que el cortisol circulante puede reducir la liberación de leptina y viceversa.

Asimismo, diferentes señales de estrés podrían dañar el funcionamiento de las células y ocasionar con el tiempo una resistencia a la leptina, de allí que si queremos adelgazar manteniendo la presencia de la hormona "antiobesidad" por excelencia en niveles adecuados, reducir el estrés debe ser una prioridad.

Evitar el alcohol

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Evitar el alcohol es algo que puede ayudarnos de diferentes formas a perder peso, pues no sólo aporta calorías vacías que pueden reducir la quema de grasas sino que además, estimula la ingesta de alimentos al producir cambios en las hormonas que regulan el comportamiento alimentario y el balance energético como sugiere una investigación publicada en 2011.

Entre estas hormonas que altera la ingesta de alcohol se encuentra la leptina y la grelina, que se reducen e incrementan respectivamente tras su consumo. Por lo tanto, si queremos activar la presencia de leptina para bajar de peso, mejor evitar siempre que sea posible el alcohol en la dieta.

Dormir bien cada noche

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Un estudio publicado en Plos Medicine señala que dormir poco durante la noche puede ser causa de una alteración hormonal que nos estimule a comer más y reduzca la saciedad, es decir, que disminuye los niveles de leptina e incrementa los de grelina.

Asimismo, un sueño inadecuado incrementa los niveles de cortisol y favorece el estrés que como dijimos antes, es enemigo de buenos niveles de leptina en el organismo. Asimismo, en personas con apnea del sueño se ha demostrado que los niveles de leptina se incrementan independientemente de la masa grasa, lo que sugiere que un mal descanso podría favorecer la resistencia a la acción de esta hormona.

Conociendo un poco qué es y para qué sirve la leptina así como los comportamientos que pueden ayudarnos a controlar sus niveles en nuestro cuerpo puede ser clave al momento de adelgazar y reducir el riesgo de sufrir efecto rebote tras lograr el peso que tanto anhelamos.

Bibliografía consultada | Diabetologia, August 1973, Volume 9, Issue 4, pp 287–293; Nature Medicine 1, 1311–1314 (1995) doi:10.1038/nm1295-1311; Diabetes 1996 Nov; 45(11): 1511-1515. https://doi.org/10.2337/diab.45.11.1511; Journal of Applied Physiology Published 1 July 1997 Vol. 83 no. 1, 5-10; Diabetes 2006 Sep; 55(9): 2554-2561. https://doi.org/10.2337/db05-1622; Biological Psychology, Volume 86, Issue 2, February 2011, Pages 114-120; Molecular Pharmacology December 2008, 74 (6) 1610-1619; DOI: https://doi.org/10.1124/mol.108.050070; Nutr. Hosp. vol.26 no.4 Madrid jul./ago. 2011; Plos Medicine, December 7, 2004, https://doi.org/10.1371/journal.pmed.0010062; y American Journal of Physiology - Heart and Circulatory Physiology Published 1 July 2000 Vol. 279 no. 1, H234-H237.
Imagen | iStock

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