Los 7 enanitos que sobrevivieron al campo de concentración nazi (y II)

Los 7 enanitos que sobrevivieron al campo de concentración nazi (y II)
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En la anterior entrega de este artículo os habíamos presentado a la Troupe de Lilliput. En esta entrega, descubriremos la impresión que causó este grupo de enanos en el campo de concentración de Auschwitz.

Mengele se siente fascinado por Liliput

Tras su llegada la medianoche del 19 de mayo de 1944 a Auschwitz, los siete enanos (cinco de ellos mujeres), dejaron fascinado al doctor Mengele, quien no deseaba que los enanos entraran en el campo como los demás, sino como conejillos de indias de sus delirios científicos.

Si bien Mengele ya tenía gemelos para sus experimentos, jamás había conseguido a una familia completa como aquélla. Así que Mengele los trató casi como invitados de honor al campo a fin de que sus preciosas vidas no corrieran peligro.

Los alojó en buenas habitaciones, les aseguró condiciones de vida higiénicas y en lugar de tener que utilizar las letrinas, recibieron los inodoros infantiles de bebés muertos. Sus raciones de comida eran suficientes, no les rapó el pelo y les permitió vestir su propia ropa porque los uniformes del campo no eran de su talla. Los presos alucinaban cuando veían una columna de siete elegantes duendecillos como de paseo en el día del sabbat.

Mengele

Mengele

Con todo, los enanos fueron sometidos a duros experimentos por parte del doctor Mengele: dolorosas extracciones de sangre, extracción de tejidos de médula, dientes sanos, cabellos y pestañas, tests psicológicos, etc. Lo escribía así Elizabeth, una de los Ovitz:

lo peor eran los experimentos ginecolócicos. Nos ataban a la cama y nos inyectaban cosas el el útero, nos extraían sangre y nos hurgaban, nos agujereaban, nos sacaban muestras. El dolor era insoportable. No sé si nuestro estado físico influyó en Mengele o si los experimentos ginecológicos simplemente se completaron. Los detuvieron y comenzaron otros. Nos extraían líquido de la médula espinal y nos enjuagaban los oídos con con agua helada o hirviendo, lo que nos hacía vomitar.

Toda clase de experimentos genéticos que Mengele realizaba con objeto de demostrar la teoría racial de que los judíos habían degenerado en una estirpe de enanos y lisiados. Para sobrevivir, la Troupe de Lilliput incluso tuve que actuar en fiestas nocturnas para los miembros de las SS.

Y, a pesar de todo, sobrevivieron hasta la liberación de Auschwitz el 27 de enero de 1945. Mengele se escapó a Alemania, primera escala de una fuga que terminaría en una playa brasileña, y dejó en Auschwitz I y en Birkenau 50.000 hojas de apuntes “científicos”

No solo los siete enanitos sino también, gracias a ellos, sus cinco parientes de talla promedio sobrevivieron al infierno por capricho del mismo demonio. El Ejército Rojo los llevó a un campamento de refugiados en la Unión Soviética hasta que recuperaron la libertad. Siguiendo los consejos de la madre, permanecieron juntos y viajaron a pie durante siete meses a su pueblo, pero Rozavlea había cambiado: solo cincuenta de sus seiscientos cincuenta judíos habían regresado. Encontraron su casa saqueada, pero su oro y joyas todavía estaban enterrados bajo su coche. En mayo de 1949 emigraron a Israel, se instalaron en Haifa y tres meses después la Troupe de Lilliput volvía a escena (…) El último superviviente enano adulto de la familia, la benjamina, Perla Ovitz, murió en 2001 a los ochenta y un años.

La acondroplasia, es una causa común de enanismo, se relaciona en el 75 % de los casos con mutaciones genéticas. La enfermedad se presenta en 1 de cada 25.000 niños nacidos vivos. A pesar de que se conoce la mutación del gen en el receptor del factor de crecimiento, actualmente no existe un tratamiento conocido para tratar la acondroplasia.

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