
La diferencia crucial estriba en la forma en que los expertos en ajedrez contemplan el tablero de ajedrez, en contraposición a cómo lo hacen los aficionados. Para los aficionados, en el tablero hay dispuestas piezas individuales, pero los expertos ven formaciones; como si no vieran las letras de un texto, sino las palabras o incluso las frases.
Tal y como lo explica David Brooks en su libro El animal social:
Es más fácil recordar una historia que un montón de letras aisladas. La pericia tiene que ver con establecer conexiones internas de modo que pequeñas informaciones se conviertan en informaciones de mayor dimensión interconectadas. Aprender no tiene que ver sólo con acumular informaciones aisladas. Es interiorizar las relaciones entre informaciones.
De esta forma, también, los grandes jugadores recuerdan mejor el tablero y la disposición de las piezas. Si a un grupo de personas se les muestra una serie de tableros en los que se han dispuesto entre veinte y veinticinco piezas, solo los grandes maestros recordarán de cada pieza del tablero; los jugadores corrientes recordarán unas cuatro o cinco piezas.