A pesar de que es bastante generalizada la idea de que el siglo XX ha sido el más sangriento de la historia, vamos a hacer un repaso a las que posiblemente han sido los 21 acontecimientos en los que las personas han matado a mayor cantidad de personas para descubrir realmente dónde se halla la época más sangrienta de la historia.
Antes de analizar esos acontecimientos, cabe recordar que el siglo XX hubo más muertes violentas que en los siglos anteriores, pero ello sólo es así porque en el siglo XX vivían muchas más personas. Es decir, que si establecemos una comparación porcentual, entonces el siglo XX dista mucho de ser el más cruento.
Steven Pinker, en su libro Los ángeles que llevamos dentro, abunda en el hecho de que el siglo XX está inmensamente poblado de gente:
En 1950, la población mundial era de dos mil quinientos millones, unas dos veces y media más que en 1800, cuatro veces más que en 1600, siete veces más que en 1300, y quince veces más que en el año 1 d.C. Por tanto, el cómputo de muertos en una guerra del año 1600, por ejemplo, deberíamos multiplicarlo por 4,5 para poder comparar su carácter destructivo con el de mediados del siglo XX.
También hay otro factor que influye en nuestra percepción de que el siglo XX es más violento: los conflictos recientes son los mejor estudiados y sermoneados. Cuanto más atrás nos vayamos en el tiempo, más parecerá que nos cuentan una historia con datos vagos e incluso románticos.
Así pues, en las siguientes estimaciones de acontecimientos violentos se han aplicado factores de corrección tanto a la explosión demográfica como a la tendencia de disponibilidad de datos. Las cifras no solo tienen en cuenta las víctimas del campo de batalla sino también las muertes indirectas de civiles a causa del hambre y las enfermedades.
An Lushan
La peor atrocidad de todas las conocidas fue la rebelión y la guerra civil de An Lushan:
Una sublevación de ocho años durante la dinastía china Tang que, según los censos, provocó la perdida de dos terceras partes de la población del imperio, una sexta parte de la población mundial de la época. Estas cifras no pueden tomarse todas en sentido literal, desde luego. Algunas echan de modo tendencioso la culpa de una hambruna o una epidemia a una guerra, una revuelta o un tirano concreto. Otras proceden de culturas aritméticamente analfabetas que carecían de técnicas modernas para contar y llevar archivos. Sin embargo, la historia narrativa confirma que las civilizaciones antiguas eran, sin duda, capaces de matar a gran escala.
Finalmente, detectamos otro patrón en las estadísticas que vienen a continuación: que las guerras y atrocidades más severas (las que mataron a más de la décima parte de la población mundial) están distribuidas de forma bastante uniforme a lo largo de 2.500 años de historia.
Sin más dilación, vamos con las 21 peores cosas que se han hecho unos a otros, que podéis leer en la próxima entrega de este artículo.