
Es decir, sé un poco patoso y gustarás más a los demás que siendo una esfinge etérea. Comete algún que otro error, y serás popular. Sé perfecto y te verán como un robot venido del futuro para matar a John Connor.
Es lo que sugiere el estudio llevado a cabo por Elliot Aronson y sus colegas de la Universidad de California. Para ello reunieron a un grupo de participantes que debían escuchar dos cintas en las que un estudiante participaba en una prueba de conocimientos generales, y luego hablaba sobre su formación. En una versión de la cinta, el estudiante hacía muy bien la prueba: respondía correctamente al 90 % de las preguntas, reconociendo al final que siempre había tenido éxito en la vida.
La otra versión de la cinta era idéntica, salvo que al final de la misma, al estudiante se le cae una taza de café y se le estropea su traje nuevo.
Al grupo de participantes le pareció mucho más simpático el estudiante al que se le caía la taza de café, gracias al fenómeno denominado efecto falibilidad (pratfall, en inglés), manifestado en otros experimentos similares. Porque tropezar de vez en cuando es bueno para la vida social.
Vía | 59 segundos de Richard Wiseman