Seis libros de ciencia que te harán ser mucho más optimista sobre el presente, y sobre el futuro

Seis libros de ciencia que te harán ser mucho más optimista sobre el presente, y sobre el futuro
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Acostumbramos a ser más benévolos cuando juzgamos el pasado. Al analizar los problemas de nuestro presente, casi siempre tendemos al análisis agorero, tremendista: nunca se han producido hechos tan luctuosos como los actuales. Y cuando miramos al futuro, son pocos los que se imaginan utopías coloristas, sino más bien distopías a lo Blade Runner.

Sin embargo, los análisis tremenditas son una constante en la historia de la humanidad, y generalmente han sido exagerados o directamente falsos. Parece que todas las generaciones están al borde del Apocalipsis. Que el ser humano va a peor. Pero casi todos los indicadores señalan justo lo contrario. Habida cuenta de que vivimos rodeados de mal rollo, pues, vale la pena echar un vistazo a los siguientes seis libros que tratan precisamente sobre esto: que solemos ser pesimistas, pero que tenemos muchos motivos para ser optimistas sobre el futuro, y también sobre el presente.

1. Abundancia

Internet, impresoras 3D, biología sintética, nanomateriales... la tecnología ya está cambiando el mundo a mejor, mucho más de lo que la mayoría de nosotros sabemos o imaginamos. El problema es que nuestro cerebro no está preparado para la abundancia, abundancia de datos, de personas, de recursos. Hasta hace unos días, todos nosotros vivíamos con una esperanza de vida mínima. Ahora, toda clase de posibilidades se abren ante nosotros. El problema principal, con todo, es que somos incapaces de profetizar cómo las nuevas tecnologías cambian el mundo, nos cambian, tal y como abordamos en Ciclo de sobreexpotación: exagerando las expectativas de una nueva tecnología.

Los autores son Peter H. Diamandis, que es presidente de la Fundación PREMIO X, cofundador y presidente ejecutivo de la Singularity University y fundador de más de una docena de empresas espaciales y de alta tecnología, y Steven Kotler es autor de best sellers y periodista premiado.

2. Futuro perfecto

Futuro perfecto, de Steven Johnson, ha venido a recordarnos con datos, estadísticas y un enfoque centrado en cómo Internet está convirtiendo a los individuos en una red o un superorganismo más inteligente y armónico que, en definitiva, las cosas van a mejor, y que el futuro, si bien dista de ser perfecto, al menos se está acercando, pasito a pasito, hacia la perfección. En este libro, además, podréis leer un poco más sobre lo que es la democracia líquida, y cómo Internet puede elevarla a la nueva forma de gobierno. Para abrir boca os dejo este artículo que escribí inspirado por el libro:

3. Los ángeles que llevamos dentro

Steven Pinker es uno de los psicólogos cognitivos que más libros vende. Su Cómo funciona la mente es la Biblia para internarse en los vericuetos de la psicología evolutiva. El mundo de las palabras y El instinto del lenguaje abordan temas como la gramática universal o la razón de que nuestras lenguas sean tan irregulares. En Los ángeles que llevamos dentro, Pinker trata de demostrar con quintales de datos que cada vez somos menos violentos, menos racistas, más empáticos, más cívicos. En general, que el ser humano va a mejor. Y que puede ir a muchísimo mejor.

4. Vivo en el futuro... y esto es lo que veo

Como bien lo definió la revista Wired, este libro es "una mirada lúcida y privilegiada a un futuro próximo en el que las noticias, el mensaje y la identidad de las personas va a cambiar radicalmente". Nick Bilton escribe aquí, con lenguaje cercano y ejemplos divertidos cómo las redes sociales e Internet en general están cambiando el mundo. El mundo, tal y como Bilton lo concibe, está experimentando los miedos y temores de cualquier sociedad que se enfrente al reto de adoptar las nuevas tecnologías. Pero en realidad, el futuro nos ofrece posibilidades infinitas.

La mente humana tiende a calcular la probabilidad de un acontecimiento a partir de la facilidad con que puede recordar ejemplos, y las escenas de carnicerías tienen más probabilidades de llegar a hogares y grabarse en la mente de sus habitantes que las secuencias de personas que mueren de viajes. Con independencia de lo pequeño que sea el porcentaje de muertes violentas, en números absolutos siempre habrá las suficientes para llenar el telediario de la noche, de modo que la impresión de la gente respecto a la violencia no se corresponderá con las proporciones reales de dicha violencia.

5. El optimista racional

Hay más valores que nunca (más cooperación y altruismo, más actos filantrópicos, mayor cohesión social, menos racismo y xenofobia, mayor conciencia ecológica, etc.). Hay menos violencia que antes (porcentualmente hablando, por supuesto: las tasas de homicidio en Europa de los últimos setecientos años no han dejado de descender a un ritmo cada vez más veloz). No somos más materialistas y consumistas que nuestros ancestros (porcentualmente hablando). Pero la gente siempre se queja de las mismas cosas, con independencia de la época histórica: que los jóvenes no hacen caso a sus mayores, que vamos a peor, que se pierden los valores, que la autoridad se diluye, que hay más violencia, etc.

Matt Ridley, doctor por la Universidad de Oxford, apuesta firmemente por una idea: que los seres humanos siempre acaban encontrando una salida a sus problemas colectivos, ya sea mediante descubrimientos fortuitos o por movimientos sociales poderosos.

6. El fin del trabajo

Jeremy Rifkin propone que una de las ideas más naïf y utópicas de los futuros de ciencia ficción, que el ser humano ya no necesitará trabajar, está más cerca de lo que creemos (aunque llegaremos hasta allí sufriendo lo indecible: ya empezamos a notarlo en el hecho de que los contenidos digitales tienden a ser gratuitos y no sabemos cómo remunerar a los autores; y pronto veremos el mismo fenómeno con las impresoras 3D y los átomos). Rifkin propone algunas soluciones:

  • Repartir el empleo, es decir repartir el trabajo asalariado

  • Rediseñar la semana laboral y la jornada laboral: reducción de la semana laboral y la reducción de la jornada laboral.

  • Establecer un nuevo contrato con la sociedad civil basado en la economía social o tercer sector que incluiría el reconocimiento y potenciación de: La sociedad civil (Organizaciones no gubernamentales, Organizaciones sin ánimo de lucro, asociaciones...); implantación del denominado ingreso anual garantizado (similar a la Renta básica universal); modificación de la fiscalidad para promover la economía social.

Foto | New Harmony by F. Bate

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