El controvertido estudio que señala que los amuletos de jade pueden protegerse del COVID-19

El controvertido estudio que señala que los amuletos de jade pueden protegerse del COVID-19
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No, los amuletos de jade no pueden protegerte del COVID-19, aunque eso es lo que sugiere un reciente estudio que, afortunadamente, ha sido ya retirado.

El controvertido estudio que sugiere que COVID-19 se ha vuelto mortal debido a un cambio en el campo geomagnético de la Tierra.

Retractación

Un estudio, publicado en Science of the Total Environment, se titula: "¿Puede la medicina tradicional china proporcionar información sobre el control de la pandemia de COVID-19?"

Naturalmente, su publicación ha provocado indignación y críticas en la comunidad científica y ha obligado a los autores de la Universidad de Pittsburgh a solicitar una retractación.

El autor principal del estudio, Moses Bility, es profesor asistente de enfermedades infecciosas y microbiología en la Universidad de Pittsburgh. Lo que aún suma más escarnio a esta situación, en la que un estudio ridículo ha sido publicado en una revista revisada pror pares.

El estudio, que ya no está disponible online, exploraba la idea de que el nuevo coronavirus no es nuevo, sino más bien un virus que ha estado oculto en el ADN y que había sido activado por un cambio en el campo geomagnético del planeta.

El documento afirmaba que el jade, con sus propias propiedades geomagnéticas, puede evitar que el virus te enferme.

Es cierto que los campos magnéticos fuertes pueden influir en las reacciones químicas, pero las anomalías de longitud de onda larga en este estudio realizado con ratas no están cerca de lo que se requeriría para tener tal efecto. También es errónea la idea de que el jade puede detener los síntomas del COVID-19, una teoría basada en registros de prácticas en la antigua China durante un período de condiciones geomagnéticas similares.

Estamos ante una situación grave. No es la primera vez que se publican estudios mal revisados que afirman auténticas barbaridades, como que las vacunas producen autismo.

Y es grave porque, aunque los estudios se retiren, la gente tarda en olvidar afirmaciones como esta: que las vacunas pueden causar autismo; lo que refuerza a su vez las teorías de conspiración que pueden llevar al público a eludir las medidas científicas o de seguridad reales. Porque bastante tenemos con arrostrar la ignorancia científica de nuestros políticos para añadir también la propagada por los auditores científicos en los que debemos confiar:

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