El misterio de la tristeza irlandesa

El misterio de la tristeza irlandesa
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Al igual que diagnosticar los motivos por los cuales en unos países hay mayores índices de suicidio que en otros es una tarea inabarcable (por la multiplicidad de motivos interconectados), tampoco sabemos por qué hay sociedades mucho más tristes o pesimistas que otras.

Por ejemplo, está el caso de Irlanda, una sociedad con profunda raigambre religiosa que, durante varias generaciones, ha mostrado uno de los índices de depresión y suicidio más elevados del mundo. Se ignora si el motivo se debe a los genes irlandeses, o al contexto cultural en el que abunda el alcohol, o incluso al clima, tal y como señala Louise Ryan en un estudio publicado en British Journal of Psychiatry.

Con todo, según otro estudio de Patrick F. Sullivan publicado en American Journal of Psychiatry, tanto la depresión como el suicidio muestran un claro componente genético que equivale a un 40-50 por ciento de heredabilidad. Y, a pesar de eso, más de la mitad de los genes idénticos con un hermano depresivo no son depresivos. Parece, pues, que el ambiente también es crucial para que se desencadene la inclinación genética.

Lo que sí puede afirmarse es que una mala combinación de genes junto a unas malas circunstancias pueden hacer desaparecer la protección natural al pesimismo, tal y como explica en Tim Spector en el libro Post Darwin:

Y las sustancias químicas cerebrales que actúan en nuestros centros de ansiedad (la amígdala) y emocionales (el giro cingulado rostral anterior) conspiran para proyectar una visión más pesimita o, como dicen algunos, más realista del futuro. No obstante, hay una posibilidad más intrigante: el probable que la epigenética tenga algún papel en este proceso. Las evidencias indican que las tensiones en la vida puede influirnos actuando epigenéticamente sobre los genes. Un estudio con macacos jóvenes indicó que, en aquellos que tenían la variante mencionada del gen 5-HTT, éste estaba metilado, y por tando desactivado, cuando se veían sometidos a una situación de estrés. Los monos con una configuración genética diferente muestran también una respuesta diferente ante el estrés.
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