La famosa sincronicidad en la menstruación

La famosa sincronicidad en la menstruación
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Por todos es conocido el hecho de que las mujeres, gracias a algún desconocido sexto sentido, parecen ponerse de acuerdo para tener el periodo en los mismos días. Pero ¿cuánto hay de leyenda y verdad en ello? ¿Es cierto que en una oficina cualquiera las mujeres sincronizan sus ritmos biológicos con precisión de cronógrafo suizo? ¿Los ovarios tienen telepatía? ¿Todo es simple casualidad?

La idea de que las mujeres que viven próximas unas a otras sincronizan su menstruación gracias a las feromonas, armonizando así sus ciclos, fue apuntada por primera vez en 1971 por Martha McClintock en un artículo publicado en la revista Nature. Los datos que presentó McClintock, en efecto, mostraban que los ciclos de varios grupos de compañeras de habitación de un college femenino fueron convergiendo gradualmente.

No obstante, los estudios efectuados con posterioridad no fueron tan concluyentes. En la mayoría se han hallado pruebas estadísticamente significativas de esa suerte de hermanación de sangre femenina, pero en otros tantos no ha sido así.

La obstinada McClintock, junto a su equipo, publicó entonces otro importante informe en la revista Nature en 1998. El informe venía a decir que si se aplicaban secreciones de las axilas de una mujer en la labio superior de otras mujeres, una cantidad considerable de estas últimas acelerarán o ralentizarán sus ciclos ovulatorios; todo dependía del momento del ciclo ovulatorio de las, digamos, donantes de feromonas.

El tema de las feromonas sigue siendo misterioso, pero cada vez encontramos más pruebas estadísticas de que es así. La cuestión es que las mujeres no se sincronizan con otras mujeres simplemente, sino que pueden responder de diversas maneras, inconscientemente, en base al momento ovulatorio de cada una. Así se concluye que existe cierta sincronía, pero no esa sincronía absoluta que se creía en un principio, y que también existen mujeres inmunes a la información de estas feromonas. Puede, incluso, que influya si las mujeres que comparten en un mismo espacio se sienten a gusto entre sí, si existe camaradería, odio, competitividad, desinterés.

La razón de que todo esto ocurra a nivel inconsciente (las mujeres aseguraron que no olieron nada cuando se les aplicó las secreciones de axilas en la cornisa labial) todavía no las sabemos. De momento, tan sólo podemos especular sobre esta comunicación entre óvulos que pasa totalmente inadvertida para nuestros sentidos.

Más información | Geosalud

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