Probando AISBER, el enfriador para latas y botellas que puedes llevar a todas partes

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AISBER es un enfriador para bebidas portátil, que se activa en el momento en el que se quiere enfriar la bebida. La activación consiste en una mezcla de componentes que desencadena una reacción endotérmica (absorbe calor) enfriándose hasta casi los 0ºC en pocos segundos. Después se coloca alrededor de la bebida y ésta se enfría en unos 10 minutos.

Hemos recibido una muestra para probarlo y en el vídeo que tenéis aquí arriba podéis ver mejor cómo funciona. En este caso para enfriar una botella de agua de 33cl.

¿Cómo funciona?

Paola Fatás, de la Universidad de Zaragoza, es la química que hay detrás de AISBER, que acaba de lanzarse al mercado de la mano de la start up Cool everywhere.

Aunque en la web se habla de sales de forma general, porque es un concepto más sencillo de entender en cuanto a su disolución que el de compuesto químico, el compuesto mayoritario de AISBER es urea, un producto orgánico y neutro, o sea, que no es una sal. La razón por la que se emplea urea frente a otros compuestos similares en cuanto a entalpía de disolución es, principalmente, que es inocua (no tóxica, no explosiva, no peligrosa...) y que tiene una elevada solubilidad en agua.

La Historia de AISBER se remonta años atrás. Nada menos que al año 2012. La fundadora de Cool everywhere, Paola Fatás, le da vueltas por primera vez a la idea de un enfriador instantáneo de latas o botellas, sin necesidad de hielo ni electricidad, que pueda ser utilizado en cualquier lugar, en cualquier momento. Un enfriador respetuoso con el medio ambiente, que permite tomar una bebida fría para reducir el calor, después de realizar alguna actividad física en cualquier lugar.

Ventajas y desventajas

Las ventajas quedan a la vista. Las desventajas, sin embargo, pueden irse puliendo con el tiempo. Por ejemplo, el precio: oscila entre los 16 euros que cuesta un pack de 3 unidades hasta los 42 euros del pack de 12. Mucho más caro que una lata.

La segunda desventaja es que no resulta reutilizable y cada unidad pesa bastante, casi como llevar una lata extra en la mochila. Fatás continúa buscando vías para mejorar estas características: no hemos de olvidar que estamos ante un start up, una compañía emergente que todavía está en construcción.

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