El día en que Kickstarter venció a Sony con un mejor reloj de muñeca (y II)

El día en que Kickstarter venció a Sony con un mejor reloj de muñeca (y II)
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En la anterior entrega de este artículo os detallaba el potencial de la colaboración entre pares en el ámbito de la producción de cosas de bajo coste: por ejemplo, escribir una novela. Pero si nos trasladamos a productos más caros, como un reloj de muñeca, el poder de la colaboración 2.0 también parece poner en evidencia lo mucho que van a cambiar los actuales procesos de diseño, fabricación y distribución de productos.

En primer lugar, hay que buscar financiación, y para ello las redes de colaboradores 2.0 también se han mostrado muy eficaces a través de portales de micromecenazgo como Lánzanos, Goteo o Kickstarter. Fue en Kickstarter precisamente donde un grupo de ingenieros veinteañeros presentaron un reloj llamado Pebble.

Sony

Lo más interesante es que Sony sacó un reloj similar por las mismas fechas, el 12 de abril de 2012. El reloj de Sony se llamaba Smartwatch y costaba 150 dólares. Pero aún más interesante es que el reloj de Sony era de peor calidad que el Pebble. En primer lugar, Pebble tenía una pantalla con tinta electrónica legible a la luz del sol, en vez de la pantalla OLED de color de Sony.

El color provoca que sea más ilegible a la luz del sol y que la batería dure menos. Sony solo operaba con los teléfonos Android, pero Pebble funcionaba también con el iPhone. También admitía más aplicaciones. Y encima se vendía más barato: 115 dólares.

Kickstarter fue lo que finalmente permitió a Pebble derrotar a Sony, según explica Chris Anderson en su libro Makers:

El equipo de Pebble se puso como meta en Kickstarter 100.000 dólares. Los consiguió justo en dos horas (yo fui uno de los primeros fiadores). Pero la cosa siguió adelante. Al término del primer día ya se había sobrepasado el millón de dólares. A finales de la primera semana se había roto la marca anterior en Kickstarter de 3,34 millones de dólares. En poco más de tres semanas Pebble ya había pasado de los 10 millones de apoyo y había vendido de antemano 85.000 relojes.

(…)

Lo verdaderamente interesante del fenómeno Pebble Kickstarter fue cómo respondió el equipo de diseño ante la avalancha de clientes. En primer lugar, los financiadores pidieron mayor resistencia al agua, de manera que el equipo Pebble resolvió cómo hacer el reloj resistente al agua de forma que se pudiese nadar con él. Luego exigieron el Bluetooth 4.0 por su menor consumo de energía, en lugar del Bluetooth 2.0 original (o el 3.0 de Sony). Y el equipo, envalentonado por este torrente de encargos, se puso a buscar módulos 4.0 adecuados y fue capaz de alimentarlos instando en el reloj baterías de vida más prolongada y haciéndolo más actualizable en el futuro.

Finalmente, un equipo pequeño asesorado y financiado por un enorme colectivo en red se movió más rápidamente en todos los sentidos (investigación y desarrollo, financiación y marketing) que un gigante de la electrónica como es Sony.

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