No apagues el WiFi para dormir: se confirma que no tiene influencia en nuestra salud

No apagues el WiFi para dormir: se confirma que no tiene influencia en nuestra salud
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Un equipo de doctores en Física de la Facultad de Medicina y la Escuela Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha llevado a cabo un estudio que ha durado cuatro que confirma que la influencia de las ondas de telefonía sobre la salud es tan insignificante como «una bombilla de 100 W a 1 km de distancia».

En el estudio se expuso en Albacete a 75 personas a estas ondas en 14 bandas de frecuencia, FM, TETRA, TV y las seis bandas de telefonía móvil, wifi, el inalámbrico (DECT), etc. Los voluntarios transportaban sus medidores exposímetros con una sensibilidad de 0,000000066 W/m2, el más preciso del mercado, durante todo el día y hacían vida normal, anotando por dónde estaban caminando o dónde se quedaban. También llevaban encima un GPS con el que después eran situados en un mapa. En total, se realizaron 8.640 registros por voluntario y se obtuvieron 13 millones de datos.

Para hacernos una idea, las ondas FM de la radio emiten una radiación más alta: 0,0001 W/m2 (y aún así es una radiación mil veces por debajo del límite legal). En telefonía se encuentran entre 0,00004 W/m2 a 0,00001304 W/m2, aún más bajas. El 90% de los registros se encontraba entre 500 y 10.000 veces por debajo del límite legal. el estudio puede extrapolarse perfectamente a una gran ciudad como Madrid o incluso la populosa Nueva York con los mismos resultados (ya que la densidad de antenas está relaciona con la densidad de población).

Según el físico Enrique Arribas Garde, director del grupo de investigación de ondas de RF de la UCLM: «El mando a distancia de la tele es 10.000 veces más potente que las ondas de radiofrecuencia y a nadie parece preocuparle». Y añade Alberto Nájera, líder del estudio, que al buscar la causa de las enfermedades de la población nos se equivocamos de enemigo: no son las ondas electromagnéticas, sino el tabaco y la contaminación atmosférica. Esto quiere decir que si tuviéramos que preocuparnos el WiFi también deberíamos hacerlo por las farolas o las bombillas de nuestra casa.

En cualquier caso, continúan existiendo muchas personas que dicen sufrir hipersensibilidad electromagnética (sin saber si es por efecto placebo, sin conocer la relación causa-efecto), y hasta hay lugares del mundo donde se refugian porque están prohibidas estas ondas, como el curioso pueblo de Green Bank.

Vía | ABC
Imagen | Edur8

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