Continúa el debate: según un estudio, consumir huevos se relaciona con enfermedades cardiovasculares

Continúa el debate: según un estudio, consumir huevos se relaciona con enfermedades cardiovasculares
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Llevamos años discutiendo si el consumir huevos y colesterol aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. Incluso se ha llegado afirmar que no debemos limitar el consumo de huevos. Un nuevo estudio añade datos al debate.

El estudio, realizado por investigadores de Northwestern Medicine, informa de que los adultos que comieron más huevos tenían un riesgo significativamente mayor de enfermedad cardiovascular y muerte por cualquier causa. Eso pasa porque los huevos tienen colesterol, sobre todo las yemas.

Colesterol

Las yemas de huevo son una de las fuentes más ricas de colesterol dietético entre todos los alimentos comúnmente consumidos. Un huevo grande tiene 186 miligramos de colesterol dietético en la yema. Otros productos animales, como la carne roja, la carne procesada y los productos lácteos con alto contenido de grasa (mantequilla o crema batida) también tienen un alto contenido de colesterol.

Un adulto estadounidense consume un promedio de 300 miligramos de colesterol cada día y come unos tres o cuatro huevos por semana. Pero los hallazgos del estudio sugieren que las recomendaciones actuales de consumo en la dieta podrían necesitar una reevaluación.

El nuevo estudio analizó los datos agrupados de 29 615 adultos de distintas etnias en Estados Unidos. Los resultados fueron que:

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  • Consumir 300 mg de colesterol por día se asoció con un riesgo 17 por ciento más alto de enfermedad cardiovascular y un riesgo 18 por ciento mayor de muertes por todas las causas. El colesterol fue el factor desencadenante independiente del consumo de grasas saturadas y otras grasas dietéticas.
  • Comer de tres a cuatro huevos por semana se asoció con un riesgo 6% más alto de enfermedad cardiovascular y un riesgo 8% más alto de cualquier causa de muerte.

El debate, naturalmente, no está zanjado. Una limitación importante del estudio es que no se evaluaron los patrones de alimentación a largo plazo de los participantes. Tal y como advierte Norrina Allen, autora del estudio:

Tenemos una instantánea de cómo era su patrón de alimentación. Pero creemos que representan una estimación de la ingesta dietética de una persona. Sin embargo, es posible que las personas hayan cambiado su dieta y no podemos darnos cuenta de eso.

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