Micronaciones (IV): tu país en tu propia casa

Micronaciones (IV): tu país en tu propia casa
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Si queréis formar vuestro país sin salir de casa, entonces podéis intentar lo que Danny Wallace casi obtuvo recientemente: que se le reconociera como nación su propio piso al este de Londres, al que quería llamar Lovely.

La hazaña fue retransmitida por la BBC en agosto de 2005 en cinco episodios bajo el título de Cómo empezar tu propio país.

Danny Wallace es un joven periodista inglés que le gusta llevar hasta las últimas consecuencias sus ideas y teorías.

Una de sus últimas aportaciones al mundo de la televisión, en la que también está acostumbrado a crear programas y reportajes de similar calado, ha sido el de crear su propio país en casa. El programa para la BBC de Wallace fue ganador de varios premios BAFTA, y en él declara su apartamento en el East End de Londres un Estado independiente, con su propia bandera y su propia Constitución, y hasta declara la guerra al Reino Unido.

¿Recordáis el anuncio para la televisión de la famosa empresa de muebles Ikea, el de Bienvenidos a la República Independiente de tu Casa? Wallace pareció tomárselo muy en serio. Y muchos televidentes también: cuenta con más de 50.000 ciudadanos (que no viven en el piso con él, imagino).

En definitiva, un antinomadismo que desdeñaba la filosofía de vida de los indios tupí de Brasil, que cada 6 meses cambiaban el emplazamiento de su pueblo porque sus habitantes creían que un cambio de escenario les haría mejores.

Algo que también se tomó muy en serio Oceane, la joven diseñadora gráfica protagonista de la novela de Tibor Fischer Viaje al fondo de la habitación, que decide no salir jamás de su casa y viajar sólo de puertas adentro.

Pero hay naciones como Lovely que no tienen nada de palacio para algunos. Más bien funcionan como cárceles autoimpuestas. Como esos adolescentes asiáticos, los llamados hikikomori, que, vencidos por la presión social y académica, optan por encerrarse motu proprio durante meses o años en sus respectivas habitaciones. Un autoencarcelamiento o una modalidad de eremitismo exclusivo de la cultura nipona en el que el mundo se reduce a las dimensiones manejables de cuatro paredes, y que según cifras actuales ya tiene un número de acólitos que oscila entre los 300.000 y un 1.000.000. Es necesario en este punto cantar aquella canción de Björk, Declare Independence: Comienza tu propia modernidad / Haz tu propio sello / Protege tu lengua / Haz tu propia bandera / ¡Declara la independencia!

Para más información, os recomiendo la web Escape Artist, que Timothy Ferris describe así en su libro La semana laboral de 4 horas:

¿Te interesa tener más de un pasaporte, fundar tu propio país, abrir cuentas en Suiza y todas las demás cosas que no me atrevo a poner en este libro? Entonces esta web es un recurso fantástico para ti. Cuando nuestro presidente empiece la tercera guerra mundial, seguro que querrás tener un plan de huida. Escríbeme desde las Caimán o desde la cárcel, desde donde llegues primero.

Y en la siguiente y última entrega de esta serie de artículos sobre micronaciones, hablaremos de las micronaciones exclusivamente españolas.

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