El castigo físico de los niños no es efectivo para prevenir problemas de comportamiento infantil

El castigo físico de los niños no es efectivo para prevenir problemas de comportamiento infantil
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Una revisión de diversos estudios realizado por un grupo internacional de científicos y que se acaba de publicar en The Lancet es tajante con el castigo físico de los niños. La revisión analizó 69 estudios, la mayoría de los cuales eran de Estados Unidos, con ocho de otros países.

Este no parece eficaz para prevenir problemas de comportamiento o promover resultados positivos y, por si fuera poco, predice aumentos en los problemas de comportamiento y otros resultados deficientes con el tiempo.

Sin evidencia positiva

El equipo examinó estudios que implicaban castigo físico, como azotes, y excluyó cualquier comportamiento que pudiera constituir abuso físico infantil. Los investigadores encontraron una amplia evidencia para respaldar una declaración de las Naciones Unidas del Comité de los Derechos del Niño que recomendaba a los países que pusieran fin al uso de todo tipo de castigo físico en los niños.

Según concluye Elizabeth Gershoff, profesora de Amy Johnson McLaughlin en Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en la Universidad de Texas en Austin y autora principal del estudio:

No hay evidencia de que el castigo físico sea bueno para los niños. Toda la evidencia indica que el castigo físico es perjudicial para el desarrollo y el bienestar de los niños.

Los resultados negativos asociados con el castigo físico, como los problemas de conducta, ocurrieron sin importar el sexo o la etnia del niño y sin importar los estilos generales de crianza de los cuidadores. Los autores también encontraron evidencia de que la magnitud de los resultados negativos para los niños aumentaba cuanto más frecuentemente se usaba el castigo físico.

Conseguir educar y maximizar los valores sociales y empáticos de un niño, si bien en parte vienen de serie, no es nada fácil. Tal y como señala Jeremy Rifkin en su libro La civilización empática:

Naturalmente, castigar a un niño por una transgresión social casi siempre tendrá un efecto contrario al deseado y hará que el niño acabe siendo menos empático. La mejor manera de desarrollar el potencial empático del niño es mediante el uso de la inducción, un método por el que los padres destacan el punto de vista del otro y dejan claro que la acción del niño le ha hecho sufrir […] La disciplina por inducción funciona en esta etapa porque el niño empieza a darse cuenta de que los demás tienen estados internos (emociones, deseos, pensamientos) que con frecuencia difieren de los suyos.

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