La disminución de la religiosidad puede predecir aumentos en la violencia en un país. Pero hay que hacer una puntualización: esto no sucede entre los países con un cociente intelectual promedio relativamente alto, según un nuevo estudio.
Porque, al igual que la religión, un cociente intelectual más alto se asocia con tasas más bajas de comportamiento antisocial y crimen. Dicho de otro modo: para obtener buenos resultados debemos escoger entre más religiosidad o más CI.
La religión ayuda a algunas personas
El estudio citado se basa en un análisis longitudinal de 176 países que analizó tasas de homicidios entre 1945 y 2010. A menos presencia de la religión, mayor aumento de homicidios. Sin embargo, si había un CI alto, ocurría todo lo contrario, porque esta correlación solo tiene lugar con un CI medio o bajo. Más tarde se confirmó este patrón en otro estudio longitiduinal con datos 195 países, descubriendo que una menor participación religiosa también estaba fuertemente asociada con tasas de homicidio más altas.
Estos patrones se mantienen excluyendo otros factores como la riqueza, la desigualdad y las diferencias educativas entre países.
A pesar de que el estudio se ha cuidado de controlar el máximo de varibles, esta clase de correlaciones son complejas y difíciles de comparar entre países, y no podemos saber si estos patrones continuarán existiendo en el futuro.
No obstante, los investigadores consieran que estos hallazgos plantean preguntas interesantes sobre cómo los valores prescriptivos (secularización, pero quizás también otros) de las sociedades avanzadas con influencia global podrían ser diferencialmente útiles o perjudiciales entre las diferentes poblaciones de todo el mundo.
A continuación tenéis las diferencias entre las tasas de homicidios a nivel de país, las medidas de cociente intelectual, las medidas de religiosidad y todos los controles: las tasas de homicidios más altas se asociaron con un cociente intelectual, PIB y educación más bajos, sin relación con la densidad de población.
Por ello, podríamos teorizar que las sociedades menos avanzadas todavía requieren de creencias religiosas para la convivencia, pero que en las más avanzadas, más ricas y con estados más garantistas, la religión ya no es necesaria porque es sustituida por otros factores que ejercen el mismo efecto a nivel secular.
Por ello, las cárceles estadounidenses apenas tienen representación atea. En Japón, uno de los países con la tasa de criminalidad más baja, sólo una minoría de sus ciudadanos declara creer en Dios. O como lo expresaría el cínico físico Steven Weinberg: “Con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal, pero para que la gente buena haga el mal hace falta la religión”. El estudio solo añadiría: "siempre que no se trate de una sociedad que necesite de la religión".
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