Diagrama para debatir cualquier tema con alguien

Diagrama para debatir cualquier tema con alguien
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Dada la aceptación que tuvo el diagrama para escoger tu terapia alternativa ideal, os voy a desvelar otro diagrama de flujo que siempre llevo bien dobladito en mi macuto, por si se da el caso: un diagrama para debatir las ideas de otra persona.

Aunque la fuente original en inglés del diagrama es el sitio Atheismresource, el diagrama no puede emplearse solo para debatir las ideas religiosas sino cualquier otro tipo de idea, particularmente si tiende al dogmatismo (ideas políticas, económicas, pseudociencias, etc.).

Naturalmente, cabe recordar que si una de las partes del debate emplea el recurso del “me estás ofendiendo” para evitar que afirmes lo que afirmas, entonces el debate también debería darse por concluido, dado que cuestionar las ideas de alguien no significa que estés ofendiendo a ese alguien: relacionar ideas con personas es lo que suelen hacer precisamente los defensores de las ideas dogmáticas, pues las ideas sanas son aquéllas que continuamente están cambiando y actualizándose (y por tanto sería absurdo respetar el ideario del 4 de febrero de una persona cuando, quizá, el 13 de febrero tiene unas ideas distintas al respecto). Y precisamente para mejorar tus ideas es condición sine qua non que, en mayor o menor medida, alguien “ofenda” tus ideas. Y por supuesto, evitar declarar sentirse ofendido ya es simplemente una cuestión formal: así no usaremos el recurso como estrategia para no dejar expresarse al otro (aunque sea inconscientemente).

(otra cosa, por supuesto, es ser agresivo en el debate, despreciando alegremente al contertulio, pero en ese caso simplemente se está perdiendo la diplomacia, y tampoco acostumbra a ser productivo debatir con gente maleducada… y tampoco exigir ser educado a alguien maleducado. Entonces el debate también cancelarse. Con todo, evitemos tener la piel muy fina, dejemos a un lado la hipersensibilidad, no nos la cojamos con papel de fumar, saquémonos el palo del culo y que, para cuatro días que nos quedan, no le demos tanta importancia ni a los demás ni a nosotros mismos).

Vía | Las penas del Agente Smith

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