¿Y tú qué sabes? Pseudociencia disfrazada de ciencia (y II)

¿Y tú qué sabes? Pseudociencia disfrazada de ciencia (y II)
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A la gente le bastaba la prueba de las fotos de los cristales para afirmar alegremente: ¡fascinante! ¡Maravilloso! ¡Espectacular! ¡Ya decía yo que el budismo molaba cantiduvi! Nadie se detenía un momento a considerar que si tal afirmación era cierta, entonces existían unas enormes implicaciones.

Por de pronto, que hay fuerzas radicales que actúan en el cosmos de las que no sabemos nada de nada. Así que, de confirmarse, ello constituiría una Revolución Científica al estilo de Copérnico, Galileo, Newton, Dalton, Darwin, Mendel, Maxwell, Einstein, Heisenberg o Schrödinger. Y el descubridor ya debería haber recibido el Premio Nobel.

Un vistazo a…
Un "tiburón águila" nadó en los mares del Cretácico

Pero lo cierto es que la afirmación que ofrecía el documental no es nada espectacular, tal y como señala Robert Matthews, profesor de la Universidad de Aston, en Birmingham:

Olvide a los monjes budistas y piense en esto: las moléculas de agua deben sus propiedades a una forma de energía que aparece literalmente de la nada, que parece estar relacionada con una fuerza que ahora impulsa la expansión de todo el Universo. Y las pruebas son algo más que unas cuántas imágenes bellas: son el fruto de décadas de investigaciones en los laboratorios y observatorios de todo el mundo.

En otras palabras: el Universo es más extraño de lo que pensamos, pero afortunadamente es más extraño y complejo que muchas de las fantasías simplonas y endebles que manifiesta ¿Y tú qué sabes? Y tenemos pruebas de ello:

Los astrónomos han encontrado que el Universo está constituido por un tipo de materia desconocida, y es impulsado por una fuerza misteriosa a la que se conoce solo como “energía oscura”. Mientras tanto, los físicos han descubierto un fenómeno singular denominado “entrelazamiento”, en el que los átomos se mantienen en contacto íntimo e instantáneo con los demás, incluso aunque estén separados por miles de millones de años luz. Muchos físicos teóricos creen ahora que nuestro vasto Universo es solo una minúscula parte de un multiverso infinito. Algunos piensan incluso que la presencia de universos paralelos ya se ha detectado en el laboratorio.

Es decir, que el Universo es lo suficientemente mágico. No es necesario añadir propiedades con pruebas endebles que, de ser ciertas, desmontarían buena parte del conocimiento acumulado en las últimas décadas.

Por si fuera poco, la película ¿Y tú qué sabes? fue financiada por una secta llamada The Rathma School of Enlightenment. Rollo cienciología, o peor. Menos un par, el resto de científicos que aparecen en la película obtuvieron sus doctorados en la Universidad del Maharishi. Y el investigador japonés de los cristales admite que sólo es un fotógrafo con un microscopio.

O sea, que lo de siempre: cuando las religiones tradicionales ya han quedado anticuadas, hay que buscar nuevas religiones con ropajes aparentemente más complejos (cogiendo palabras científicas por allí y conectando con las nuevas modas epistémicas por allá), y voilà, ya tenemos otra secta para que los perezosos de mente se sientan integrados.

Pero en fin, tampoco quiero crear más mala sangre, que aquí al lado tengo un vaso de agua y me apetece bebérmelo en paz.

Vía | 25 grandes ideas de Robert Matthews

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