¿Podemos aprender inglés mientras estamos durmiendo?

¿Podemos aprender inglés mientras estamos durmiendo?
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Os voy a confesar una cosa de mi infancia que quizá me ponga en mal lugar, pero allá vamos: de pequeño, cuando iba al colegio, me costaba más de lo habitual aprender de memoria determinadas cosas. Por ejemplo, fui el último de clase en aprenderme la tabla de multiplicar (y eso que me quedaba sin patio cada día que no respondía correctamente). También me costó horrores aprenderme de memoria los verbos en castellano (y en catalán, ya ni os lo digo, porque son endiabladamente más difíciles).

Ante tanta incompetencia, y habida cuenta de que mi vagancia era legendaria, mis padres me sugirieron probar algo que parecía de ciencia ficción: grabar la lección en una cinta magnetofónica varias veces, y a continuación ponerme la grabación mientras dormía, una y otra vez, hasta despertar. Según me aseguraron, mientras dormimos pueden fijarse determinados conocimientos, en una suerte de hipnosis, o como en la hipnopedia que aparece en Un mundo feliz.

Acabé aprendiendo la tabla de multiplicar. Y los verbos. Y por casa guardo aún decenas de cintas donde aparece mi voz infantil repitiendo una y otra vez todas esas lecciones. Pero ¿realmente me sirvió de algo todo aquel esfuerzo? Bueno, sí, me sirvió al menos para repetirlo muchas veces mientras lo registraba en audio, pero ¿aprendí algo mientras dormía?

Aprendiendo idiomas mientras se duerme

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Muchos cursos de idiomas prometen algo similar a mi experimento de pequeño: ponerse un audio de palabras y frases mientras duermes para, al despertar, toda esa información se haya grabado en el cerebro. Es una idea ciertamente seductora, sobre todo para los vagos: aprender mientras duermes. Hacer lo que más pereza te da mientras llevas a cabo la actividad que constituye el culmen de la pereza. ¿Qué hay mejor que eso?

Sin embargo, tengo una mala noticia para vosotros: los cursos de idiomas que os venden para poneros mientras dormís no sirven de nada. Al igual que yo no aprendí la tabla de multiplicar mientras dormía. Al menos no exactamente.

Es decir, mientras dormimos se fijan conocimientos que hemos adquirido mientras estábamos despiertos. Por eso dicen que lo más adecuado antes de hacer un examen es dormir, porque todo lo que has empollado previamente se fija mejor. Pero mientras se duerme no se puede aprender nada nuevo.

El cerebro, mientras dormimos, no está desactivado, no está descansando, sino que están procesando los estímulos del día, así que presta tanta atención a las lecciones de inglés hipnótico como al runrún del tráfico de la calle. Mientras dormimos no somos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor: si el estímulo es muy fuerte, nos despertamos.

Es decir, que para que el curso de inglés llegue a nuestra corteza cerebral, donde tiene lugar el aprendizaje, éste debería estimularla de tal modo que nos despertara. Mientras dormimos, el cerebro ya está lo suficientemente ocupado procesando todo lo que hemos aprendido durante el día.

El aprendizaje es un proceso activo que requiere mucha atención de nuestro cerebro. Mientras dormirnos, sin embargo, simplemente dormimos.

De pequeño me hubiera sido mucho más útil, sin embargo, aprender un idioma mientras traducía Internet. O haber descubierto juegos como el que os descubría en Mejora tu inteligencia en sólo 20 días.

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