Engaños y errores intencionados en libros de ciencia y enciclopedias técnicas (I)

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El engaño o error deliberado más divertido de la historia de la ciencia sea posiblemente el que Isaac Asimov urdió al escribir el revolucionario trabajo académico Propiedades Endocrónicas de la Tiotimolina Resublimada.

Se publicó en la revista Astounding Science Fiction, y poseía hasta de su breve bibliografía al final del artículo. Muchos estudiantes habían intentado consultar esta bibliografía de autores inventados en la biblioteca de varias facultades.

El artículo trataba sobre una sustancia capaz de disolverse en agua un instante antes de entrar en contacto con el agua, como si se adelantara al hecho causal, desafiando las leyes del continuo espacio-tiempo.

Llamada tiotimolina tenía sentido gracias a una particular anomalía de sus enlaces químicos, que la dotaba de la facultad de disolverse en -1,12 segundos. Mientras 4 de los enlaces de su átomo de carbono permanecían en el espacio-tiempo normal, otros dos presentaban una singularidad y se proyectaban hacia el pasado y el futuro respectivamente.

La tiotimolina se obtendría de la corteza del arbusto Rosacea Karlsbadensis rufo, y sería un compuesto orgánico, del que se desconoce su naturaleza exacta, aunque se sabría que tiene un núcleo hidrocarbonado de radicales hidrófilos, conteniendo al menos cuatro grupos hidroxilo (-OH), dos grupos amino (-NH2) y uno de ácido sulfónico (-SO3H). No se ha podido descubrir a ciencia cierta si contiene, además, un radical nitrosilo (-NO2) y todavía no existe ninguna prueba relativa a la naturaleza del núcleo hidrocarbonado, aunque parece segura la presencia de una estructura al menos parcialmente aromática.

Otro engaño muy famoso fue el pergeñado por Sokal y Bricmont a fin de evidenciar la fatuidad en la que están inmersas muchas de las ciencias sociales.

La broma de Sokal consistió en escribir un artículo titulado Transgredir las fronteras: hacia una hermenéutica transformadora de la gravedad cuántica. Un título que incluso era sencillo en comparación con el cuerpo del artículo, que no era más que una sucesión de absurdos, faltas de lógica y mucha palabrería científica tan del gusto de los que no tienen mucha idea de ciencia.

La idea central del artículo postulaba que la realidad física, al igual que la realidad social, es en el fondo una construcción lingüística y social; y al final añadía que “la π de Euclides y la G de Newton, que antiguamente se creían constantes y universales, son ahora percibidas en su ineluctable historicidad”.

Sokal presentó esta parodia de trabajo que ha venido proliferando en los últimos años a una revista cultural norteamericana de moda, Social Text, en el número de primavera/verano de 1996. El texto no sólo fue aceptado sino incluso aplaudido por muchos intelectuales. Los mismos intelectuales que ya se tragaban antes las absurdas analogías de Jacques Lacan sobre el psicoanálisis y las matemáticas.

Más información | Artículo de Isaac Asimov Las propiedades endocrónicas de la tiotimolina resublimada

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