El efecto secundario de producir tanta leche: las vacas se han vuelto más genéticamente similares y menos fértiles

El efecto secundario de producir tanta leche: las vacas se han vuelto más genéticamente similares y menos fértiles
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La necesidad de producir cada vez más leche ha tenido un efecto secundario nocivo: las vacas se han vuelto más genéticamente similares y menos fértiles.

Por esa razón, los científicos están tratando de recuperar una valiosa variación genética que se perdió.

Genética vacuna

Chad Dechow, genetista de la Universidad Estatal de Pensilvania que estudia vacas lecheras, explica cómo todas las vacas de Estados Unidos terminaron siendo tan similares entre sí.

Denuncia que Select Sires es una de las pocas compañías en los Estados Unidos que vende semen de toros con el propósito de inseminar artificialmente vacas lecheras.

Los productores de leche pueden ir a este catálogo online y elegir un toro, y la compañía enviará dosis de semen para inseminar a sus vacas. Así puede haber toros que tengan 250.000 descendientes.

Se escogen siempre los mismos toros porque éstos se seleccionan en función de la cantidad de leche que han producido su descendencia. A los granjeros les gusta comprar semen de toros de alto rango, y las compañías siguen criando toros aún mejores, uniendo sus mejores resultados con las vacas más productivas.

Por eso, se puede rastrear el linaje de los toros que usaban los granjeros hasta uno de los dos antepasados machos. Según Dechow:

Todo se remonta a dos toros nacidos en las décadas de 1950 y 1960. Sus nombres eran Round Oak Rag Apple Elevation y Pawnee Farm Arlinda Chief.

Esto no significa que los toros en el catálogo sean genéticamente idénticos. Todavía tenían muchas madres diferentes, así como abuelas. Pero sí muestra que este sistema de inseminación artificial a gran escala, con granjeros que escogen repetidamente toros de alta calificación, ha hecho que las vacas sean genéticamente más similares.

Tradicionalmente, a los productores lecheros no les gustaban las vacas con exceso de grasa corporal. Pensaban que la vaca ideal era flaca, porque estaba convirtiendo todo su alimento en leche, no en grasa. Entonces los granjeros eligieron toros que tendían a producir ese tipo de descendencia. Dechow cree que el semen congelado de esos toros olvidados desde hace mucho tiempo puede traer de vuelta genes valiosos que desaparecieron, tal vez genes que permitirían a las vacas prosperar en temperaturas más cálidas, por ejemplo.

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