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El juego es importante para acercar la ciencia a la ciudadanía más lega. Y también es la forma de inspirar a la misma ciencia. Leonardo da Vinci, por ejemplo, era gran aficionado a los enigmas, los juegos y los trucos, que sin duda eran fuente de inspiración de sus ideas. Cuando Richard Feynman admitió que se hallaba preso de la rutina después de la Segunda Guerra Mundial, fue porque había dejado de divertirse.
Así que precisamente es el juego el hilo conductor de la nueva exposición del museo de la ciencia de Barcelona, Cosmocaixa. Su nombre es Top Ciencia, porque, a diferencia de otras exposiciones en las que se muestran elementos o descubrimientos esenciales, ésta nos permite acercarnos a los investigadores actuales más punteros y a las investigaciones en las que se hallan enfrascados. También estamos ante un espacio para el fomento de vocaciones científicas cuyo fin es propiciar la cooperación eficaz entre la ciencia y la sociedad.
También hay espacio para la divulgación de la investigación en sí, dado que, en ocasiones, dichas investigaciones resultarán en un primer momento un tanto ininteligibles para el visitante, como en el caso de la criptografía cuántica. Para ello, una pantalla vertical del tamaño de un ser humano nos permite encararnos con el investigador de tú a tú, a medida que nos desgrana los detalles de la investigación.
La exposición Top Ciencia exhibe lo más top de la ciencia, de modo que es inevitable que cada seis meses se cambien las investigaciones presentes (y todo el material generado, entonces, se volcará en Internet). Actualmente, las investigaciones en curso que se exhiben son un proyecto de criptografía cuántica, tutelado por el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), y otro sobre la vacuna del Sida, de IrsiCaixa, el Instituto de Investigación del Sida.
Fotos | Sergio Parra