El experimento de John Endler: si quieres sobrevivir y eres millón, no seas chillón

El experimento de John Endler: si quieres sobrevivir y eres millón, no seas chillón
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Si os paráis a contemplar los ríos de Venezuela y Trinidad y Tobago descubriréis que los peces millón (Poecilia reticulata) del fondo de las charcas acostumbran a tener tonalidades apagadas. Sin embargo, los peces millón de las charcas que hay junto a las cascadas acostumbran a ser de colores chillones.

No es que unos peces sea más fashion que otros, sino que los colores responden a una cuestión de supervivencia y entorno. Los peces millón apagados debían camuflarse porque había evolucionado en un entorno ciertamente peligroso lleno de cíclidos dispuestos a devorarlos. Pero los que vivían protegidos por las cascadas, podían desplegar todo su color llamativo sin miedo, para atraer la atención pasional de otros peces millón.

Pero esto solo es una hipótesis evolutiva. Una hipótesis que finalmente fue confirmada en la década de 1970 por John Endler (en 2007 fue nombrado miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias). Para ello, Endler llenó un gran invernadero con diez tanques de peces millón. Unos con guijarros en el fondo y otros, con gravilla. Endler soltó cíclidos en varios tanques de ambas clases y en el resto de los tanques depositó solo predadores o no predadores.

El experimento duró catorce meses, es decir, diez generaciones de peces millón. Tal y como explica el economista Tim Harford en su libro Adáptate:

En los tanques peligrosos solo sobrevivieron los peces millón más anodinos; es más, su camuflaje se mimetizó con el entorno del tanque, con manchas grandes en los tanques con fondo de guijarros y manchas pequeñas en los tanques con fondo de gravilla. En los tanques más seguros se reprodujeron mejor los peces millón con manchas brillantes; al parecer, a las hembras les gustan los machos con lunares brillantes.

Los experimentos de Endler, pues, se convirtieron en todo un clásico de la biología evolucionista.

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