En Shark Bay, Australia Occidental, los delfines mulares machos (Tursiops aduncus) forman una compleja jerarquía de alianzas sociales. Estas alianzas muestran una complejidad como casi ninguna otra en el reino animal, casi comparable con la de los seres humanos.
Así, en el primer nivel, parejas o tríos de machos no emparentados cooperan para criar hembras individuales. Varias alianzas de primer orden cooperan en equipos (alianzas de segundo orden) en la búsqueda y defensa de las hembras, y varios equipos también trabajan juntos (alianzas de tercer orden).
Compleja jerarquía social
Sin embargo, se desconoce cómo los delfines clasifican estas relaciones de alianza anidadas. Así que en un nuevo estudio publicado en Nature, se usaron 30 años de datos de comportamiento combinados con 40 experimentos de reproducción de sonido contemporáneos para 14 machos aliados, grabando respuestas con videos montados en drones.
Se demostró así que los machos forman un concepto social en primera persona de la membresía del equipo cooperativo en el nivel de alianza de segundo orden, independientemente de la historia de la alianza de primer orden y la fuerza de la relación actual en los tres niveles de alianza. Tales conceptos asociativos se desarrollan a través de la experiencia.
Este comportamiento puede ayudar a reducir la tensión entre los machos en una situación que requiere que cooperen con éxito. Este comportamiento sincronizado y coordinado entre los machos aliados puede, por lo tanto, promover un comportamiento cooperativo y regular el estrés, como se ha demostrado que sucede en los seres humanos
Estos resultados proporcionan evidencia de que los conceptos basados en la cooperación no son exclusivos de los humanos, y ocurren en otras sociedades animales con una amplia cooperación entre no familiares o redes nepotistas.
No es la primera evidencia de la complejidad social de estos delfines: se ha observado a delfines mulares no emparentados enseñándose una forma nueva de utilizar una herramienta, un comportamiento que hasta ahora solo se había descubierto en humanos y otros grandes simios. En una práctica denominada «shelling».
Shark Bay, un área de Australia occidental declarada Patrimonio Mundial, es el hogar de una población icónica de delfines mulares del Indo-Pacífico. Solo en este lugar se ha observado a estos cetáceos usando esponjas marinas, probablemente para proteger su hocico mientras buscan presas entre la arena del suelo.