A pesar del campo magnético, la Tierra está perdiendo su atmósfera hacia el espacio con la misma velocidad que el resto de planetas que carecen de esta protección frente al viento solar. Los científicos empiezan a cuestionarse si este campo magnético es vital o no para la conservación de nuestra atmósfera.
Nuestros planetas vecinos, Marte y Venus, no poseen océanos, lagos o ríos. Algunos investigadores han especulado que fueron consumidos por el viento solar, y que la Tierra no ha seguido el mismo destino gracias a que su fuerte campo magnético desviaba este viento. Sin embargo, el debate sobre si el campo magnético terrestre actúa como un escudo se ha vuelto a abrir.
La controversia surge a partir de observaciones recientes que muestran que Marte y Venus están perdiendo iones de oxígeno de sus atmósferas hacia el espacio, más o menos, al mismo ritmo que la Tierra. Este resultado ha sido una sorpresa, ya que la Tierra posee un fuerte campo magnético dipolar que puede evitar que las partículas de viento solar choquen directamente contra la atmósfera superior.
Robert Strangeway, investigador del Instituto de Geofísica y Física Planetaría de UCLA afirma:
Mi opinión es que la hipótesis del escudo magnético no está probada. No hay nada en los datos contemporáneos que justifiquen la invocación de los campos magnéticos.
Cada uno de los tres planetas, Marte, Venus y la Tierra, está desprendiendo hacia el espacio alrededor de una tonelada de atmósfera cada hora. Parte de este material se perdió originalmente en forma de agua, por lo que se plantea la siguiente pregunta: ¿cómo pudieron acabar los planetas con cantidades muy diferentes de agua si todos “desprendían” atmósfera hacia el espacio a la misma velocidad?
“El problema radica en analizar las velocidades actuales y tratar de adivinar lo que ocurría hace miles de millones de años“, afirma Janet Luhman, investigadora de la Universidad de California, Berkeley. Ella opina que el campo magnético de la Tierra podría haber marcado la diferencia en el pasado, cuando creemos que el viento solar era más fuerte.
El principal motivo para que los iones de la atmósfera se escapen hacia el espacio es el viento solar, que supone una salida a alta velocidad de protones y electrones procedentes del Sol. Debido a que estas partículas tienen una carga eléctrica, sus trayectorias se ven afectadas en presencia de un campo magnético.
Vía | Astrobio
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