Parece una broma, pero no lo es: la NASA, epítome de la tecnología de vanguardia, usa como cerebro de sus vehículos espaciales un ordenador con la potencia de un IBM 5150, fabricado en la década de 1980. Es decir, el 0,005 de la potencia de una Xbox. Un solo megabyte de RAM.
Este ordenador que gestiona la lanzadera es el General Purpose Computer (GPC), en realidad es una actualización del ordenador de 500 kilobytes empleado por la lanzadera hasta 1991. Entre otras cosas, controla toda la secuencia de lanzamiento o encender y apagar propulsores.
Pero ¿por qué no usar un ordenador más potente?
En primer lugar, porque no es necesario: la lanzadera no precisa de un potente motor gráfico ni tiene un interfaz de usuario como la de Windows, se concentra en funciones básicas. En segundo lugar, nunca ha fallado. Y en tercer lugar, lo más importante: recondicionar el sistema sería muy caro, porque el software del GPC debería ser totalmente reconfigurado para un ordenador moderno, y probado para garantizar su fiabilidad.
Que se lo digan a los responsables de reprogramar y actualizar el software de 1974 del ordenador de vuelo de la cápsula espacial rusa Soyuz, de solo 6 kilobytes de RAM. Los expertos señalan que el principal causante del accidente ocurrido en el desierto de Kazajstán fue precisamente esa actualización llevada a cabo en 2003.
Vía | Más pomada
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