En el cielo alrededor de la constelación de Vela, con al menos diez millones de estrellas, no se detecta rastro de civilización

En el cielo alrededor de la constelación de Vela, con al menos diez millones de estrellas, no se detecta rastro de civilización
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Usando el telescopio Murchison Widefield Array (MWA), en Australia Occidental, se ha realizado la búsqueda más profunda y amplia a bajas frecuencias de tecnologías alienígenas.

Tras rastrear un parche de cielo que se sabe que incluye al menos 10 millones de estrellas, alrededor de la constelación Vela, no se ha hallado ningún rastro de ellas. El telescopio buscaba potentes emisiones de radio en frecuencias similares a las de FM, que podrían indicar la presencia de una fuente inteligente.

Murchison Widefield Array

El MWA es un instrumento intrínsecamente versátil con un campo de visión muy grande (del orden de 30 grados de ancho) capaz de cubrir una amplia gama de objetivos científicos. Una antena MWA consta de una cuadrícula regular de cuatro por cuatro de elementos dipolo de polarización dual dispuestos en un plano de tierra de malla de acero de 4 mx 4 m. Cada antena (con sus 16 dipolos) se conoce como "mosaico".

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El estudio citado fue llevado a cabo por la astrónoma de CSIRO Chenoa Tremblay y Steven Tingay, del nodo de la Universidad Curtin del Centro, y se ha publicado en Publications of the Astronomical Society of Australia.

Según explica Tremblay:

Observamos el cielo alrededor de la constelación de Vela durante 17 horas, luciendo más de 100 veces más ancho y profundo que nunca. Con este conjunto de datos, no encontramos firmas tecnológicas, ni señales de vida inteligente.

El MWA es un precursor del siguiente instrumento, el Square Kilometer Array (SKA), un observatorio de 1.700 millones de euros con telescopios en Australia Occidental y Sudáfrica.

El SKA se construirá en la misma ubicación que el MWA, pero será 50 veces más sensible y podrá realizar experimentos SETI mucho más profundos, lo que equivale a afirmar que será capaz de detectar señales de radio similares a las de la Tierra de sistemas planetarios relativamente cercanos. Crucemos los dedos para entonces.

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