Humo de "tercera mano": el humo de tabaco que apenas nos preocupa

Humo de "tercera mano": el humo de tabaco que apenas nos preocupa
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A rebufo de la polémica nueva ley antitabaco, todos hemos empezado a discutir sobre fumadores pasivos, salud, lugares estratégicos para echar pitillo, nuevas regulaciones sobre terrazas, si es lógico no poder fumar en una plaza pública orientada a los niños, etc.

Sin embargo, poco o nada se habla tabaquismo de tercera mano, y que aún podría complicar un poco más las cosas. Es decir, la exposición al humo de tabaco “invisible” que se deposita en las alfombras, la ropa, los muebles y otras superficies.

Un estudio procedente de Israel publicado en el último número la revista Environmental Science & Technology revela que podría ser más peligroso para la salud de lo que se pensaba hasta ahora. Según el estudio, la nicotina que queda atrapada en tejidos, alfombras y muebles reacciona con el ozono de los espacios cerrados y produce otros contaminantes, algunos posiblemente más tóxicos que el propio tabaco.

Para limpiar el aire no basta con abrir las ventanas, cerrar las puertas o conectar el ventilador, las partículas nocivas del pitillo se depositan en el polvo casero acumulado en cualquier superficie, llegando a perdurar incluso meses.

Entre las sustancias encontradas en un tabaquismo de tercera mano se encuentra el cianuro (utilizado en la industria), butano (el gas utilizado en los encendedores), tolueno (encontrado en solventes de pintura), arsénico, plomo, monóxido de carbono.

Confieso que me gusta escribir en lugares públicos, con el runrún de fondo de la gente, sobre todo en cafeterías atestadas de gente. Ahora que las cafeterías son espacios sin humo, a veces también me cuelo en los espacios que antiguamente estaban reservados para los fumadores. Son lugares en los que ya no hay humo, sólo queda en el ambiente un diluido aroma a tabaco. A tenor de este estudio, quizá debería sopesar si vale la pena dejarme caer por esos espacios antes de que los hayan higienizado a fondo.

Este humo residual es especialmente peligroso para los niños, que gatean por alfombras impregnadas de humo de tabaco, tocan y hasta chupetean las superficies en las que se depositan las partículas perjudiciales. Si el niño sufre otro tipo de problemas, como por ejemplo el asma infantil, la exposición a este tabaco de tercera mano agravaría su enfermedad.

Más información | El Mundo / Pedriatrics

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