¿Por qué el platino es más valioso que el oro si hay más platino que oro?

¿Por qué el platino es más valioso que el oro si hay más platino que oro?
7 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

El platino se considera el non plus ultra, el más allá del oro: de ahí que después del disco de oro, te concedan el disco de platino; o que American Express haya sacado una tarjeta de crédito superior a la de oro, la de platino, allá por el 1984. Sin embargo, la razón de que el platino parezca más valioso que el oro se debe casi en exclusiva a una moda.

Todo empezó con Cartier a finales del siglo XIX. Louis Cartier fue quien diseñó el primer reloj de pulsera. La razón no podía ser más práctica: Santos Dumont, uno de los primeros aeronautas de la historia, tenía dificultades para comprobar el tiempo que llevaba volando en su avión, pues necesitaba las dos manos para pilotar. De hecho, aún hoy se pueden adquirir los relojes Dumont-Cartier tal y como entonces se fabricaban.

Cartier también introdujo otra novedad en el material de lujo del que debían estar confeccionados los ornamentos. Los diamantes, a su juicio, precisaban de monturas incoloras; el oro era discordante y se consideraba vulgar; la plata tenía tendencia a empañarse, y tal y como sucedía como el oro, era demasiado blando.

Así que Cartier escogió otro metal para sus relojes de pulsera: el platino, tal y como explica Hugh Aldersey-Williams en La tabla periódica:

El duro platino aseguraba que los engastes de Cartier, especialmente los de las piedras mayores, podían hacerse casi invisibles y aun así resultar muy duraderos. El lustre ligeramente gris del metal comparado con el oro o la playa aseguraba que la atención se centrara sólo en las joyas. La innovación de Cartier desencadenó una moda por el platino en la joyería más suntuosa que perduró hasta el inicio de la segunda guerra mundial, cuando el metal se racionó rápidamente debido a su utilidad como catalizador en procesos químicos importantes, como la fabricación de explosivos.

El oro, la plata y el bronce, como jerarquía de valor, fue introducida por primera vez en los Juegos Olímpicos de Saint Louis en 1904: en los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, por el contrario, se premiaba a los ganadores con simples laureles. Cartier, sin embargo, gracias a su innovación en la joyería, destronó esa jerarquía, al menos en determinados ámbitos, como la alta sociedad… o el mundo de la música.

Porque, como ya se ha dicho, un disco de oro se concede a un intérprete que ha vendido más de un millón de ejemplares de una canción. Perry Como fue el primer artista internacional en conseguirlo. Al aumentar las ventas, el disco de oro se volvió tan frecuente que se buscó una alternativa más suntuosa: introdujo el disco de platino en 1976, profundamente influenciado por Cartier.

Según las normas actuales, el álbum consigue el oro cuando vende 500.000 unidades, y el platino cuando llega a un millón.

Nada de eso tenía ya que ver con el aspecto o las propiedades del platino metal. Ni tampoco estaba relacionado con su rareza que, como hemos visto, no es mayor que la del oro. Para la mayoría de nosotros (que no somos Wallis Simpson) la categoría del platino es el producto de unas pretensiones sociales más complejas. Si percibimos que el platino es más deseable que el oro es debido totalmente a una asociación inversa: porque sabemos que un disco consigue el platino después de haber conseguido el oro, o que una tarjeta de crédito platino es más difícil de conseguir que una oro.
Comentarios cerrados
Inicio