Llegan las comidas pantagruélicas de Navidad, y con ellas el incremento de toda clase de pasteles (en ese sentido, os recomiendo los pasteles de Belém, de los que soy adicto a raíz de un viaje a Oporto). Es época, en consecuencia, para tomar antiácidos, o para ingerir el protector de estómago omeprazol, que resulta muy eficaz para no sentir que tienes sangre ácida de Alien corriendo por tu estómago.
Tomar omeprazol ocasionalmente no reviste ningún problema, ni tampoco hacerlo durante una temporada. El problema llega cuando ingerimos omeprazol automedicándonos, durante más de dos años continuadamente. Uno de los efectos secundarios de tomar omeprazol es que no absorbemos correctamente vitamina B12, presente en lácteos, marisco o carne de res, lo que puede derivar en demencia, daño neurológico, anemia y otras complicaciones.
Es lo que sugiere un estudio realizado por el Kaiser Permanente Institute (EEUU), que evaluó esta relación en un gran grupo de población: 25.956 pacientes con un diagnóstico de déficit de esta vitamina fueron comparados con 184.1999 personas sin este trastorno entre 1997 y 2011. Su dictamen fue la toma durante dos o más años de inhibidores de la bomba de protones (IBP) y antagonistas de los receptores de histamina 2 (ARH2), dos tipos de medicamentos contra el ardor de estómago en el que se incluye el omeprazol, uno de los medicamentos más automedicados junto el paracetamol, está vinculada con un diagnóstico posterior de deficiencia de vitamina B12.
Publicado Journal of the American Medical Association, el estudio constata que tomar omeprazol durante dos o más años produce un 65% más de probabilidades de tener niveles bajos de vitamina B12. En cuanto a las dosis más peligrosas, se comprobó que tomar diariamente 1,5 comprimidos se asoció con un riesgo un 95% superior a esta deficiencia en comparación cuando la ingesta diaria era inferior a 0,7 píldoras.
Vía | El Mundo
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