¿Demasiado hipo? Masaje digital rectal

¿Demasiado hipo? Masaje digital rectal
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Todos hemos tenido hipo alguna vez. Aparece cuando un estímulo activa los nervios que controlan el diafragma, generalmente cuando el nivel de dióxido de carbono en la sangre es demasiado bajo, o frente a gases nocivos, tabaco, comidas bicantes y bebidas alcohólicas.

Durante una crisis se generan entre 15 y 60 hipos por minuto (0,5 s cada uno). A los hipidos se les conoce médicamente como singultos, que procede del latín singult, que significa “contener el aliento al llorar”. El hipo es mucho más frecuente en los hombres que en las mujeres.

Hipar demasiado

Los hipidos crónicos pueden ser un signo de que bebemos demasiado, o una señal que nos advierte de la posibilidad de un tumor en el esófago.

Un ataque de hipo que dura más de dos o tres horas se denomina hipo persistente o hipo prolongado. Y al que dura más de un mes, hipo intratable.

Charles Osborne, de Iowa, tuvo un ataque de hipo en 1922 al pesar un cerdo antes de sacrificarlo, según el Libro Guinness de los Récords. Le duró hasta 1988.

Los hipos persistentes o pronlongados se creen que están causados por impulsos eléctricos descontrolados en el nervio vago, que va desde el tronco cerebral hasta el abdomen y que controla el ritmo de los latidos del corazón, la producción de ácidos estomacales, los intestinos y los músculos de la garganta, entre otras funciones orgánicas fundamentales, por eso no es tan extraño que un médico lleve a cabo un masaje digital rectal para detenerlo, tal y como explica Joan Liebmann-Smith en su libro Escucha tu cuerpo:

En 1988, el doctor Francis Fesmire descubrió un método inusual para curar el hipo intratable. Su paciente llevaba hipando treinta veces por minuto desde hacía setenta y dos horas. Después de intentar todos los remedios conocidos sin conseguir nada, el doctor, inasequible al desaliento, decidió estimular el nervio vago insertando un dedo en el ano del paciente. Este masaje digital rectal, como médicamente se conoce, funcionó. Fesmire está considerando ahora algo más atractivo: un orgasmo. Según nos explica, es un gran estimulador del nervio vago.

En 1990, Majed Odeh, del centro médico Bnai Zion de Haifa (Israel) también publicó en el Journal of Internal Medicine un artículo titulado “Terminación de un hipo intratable con masaje digital del recto”.

Con todo, tal vez prefiráis el método de Erixímaco, el médico de Aristófanes: “Mantén la respiración y si después de haberlo hecho durante un tiempo el hipo continúa, hazte cosquillas en la nariz con cualquier cosa y estornuda; si estornudas una o dos veces, desaparecerá el hipo más persistente.”

Actualmente, los remedios para el hipo giran alrededor de la idea de que debemos recuperar los niveles de dióxido de carbono en la sangre o estimular el nervio vago para ayudar a normalizarlo, de modo que se recomiendan lo siguientes:

  • Retener la respiración.

  • Respirar en una bolsa de papel.

  • Tirar de la lengua.

  • Frotarse las cuencas de los ojos.

  • Comer pan seco.

  • Comer helado deshecho.

  • Tomar una cucharadita de azúcar.

  • Inhalar sales aromáticas.

  • Beber un vaso de agua rápidamente sin respirar.

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