Las locas ideas de Plinio el Viejo: subespecies humanas tan variadas que Tolkien se quedó corto

Las locas ideas de Plinio el Viejo: subespecies humanas tan variadas que Tolkien se quedó corto
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Gayo Plinio Cecilio Segundo, conocido como Plinio el Viejo, fue un escritor latino, científico, naturalista y militar romano de gran reputación en la época (año 23-79). Sus ideas eran reverenciadas y se mantuvieron sobre largo tiempo. Por ejemplo, su Historia natural, donde registraba unas 20.000 entradas sobre todo tipo de temas y reseñaba más de 2.000 libros anteriores, se mantuvo como fuente de autoridad del conocimiento universal hasta bien entrado el siglo XVI.

A pesar de que muchas de ellas eran completas locuras.

Por ejemplo,recomendó una vez un brebaje a base de hiel de toro, jugo de puerro y leche humana para curar el dolor de oídos (aunque sigo prefiriendo el remedio de la abuela de unas gotas de aceite templado).

Pero esto no es nada: Plinio informó acerca de subespecies humanas tan variadas que Tolkien, en El señor de los anillos, se quedó corto. Y también World of Warcraft. Y Star Wars.

Subespecies humanas

  • Los arimaspios: habitan cerca del origen del viento del noroeste, y se distinguen por la posesión de un único ojo en mitad de la frente.
  • Los antropófagos: caníbales que, citando la traducción de Philemon Holland (de 1601): "tienen los pies dirigidos hacia atrás, girados hacia las pantorrillas de las primeras, y no obstante corren con mucha rapidez".
  • manticora

  • Los monoscelos: "que sólo tienen un pie cada uno, pero son muy ágiles, y saltan con una rapidez asombrosa". Durante el tiempo más caluroso se tienden de espaldas y "se protegen del calor del Sol con su pie".
  • Los astomos: viven alrededor de las fuentes del Ganges, carecen de boca y "Viven sólo del aire, y oliendo aromas agradables, que aspiran por su nariz."
  • Los Pigmeos: una raza especial de pigmeos vivía a los pies del Himalaya. Según Homero, esta subespecie humana estaba especialmente preocupada por los ataques de grullas, contra las cuales organizaban expediciones armadas, que llevaban a cabo a lomos de carneros y cabras. Cuando llegaban a las áreas de nidificación de las grullas junto al mar, "causan un gran destrozo a los huevos y a los pollos de grulla acabados de salir del huevo, que destruyen sin ninguna piedad."
  • Los cabezas de perro: viven en la India, "un tipo de hombre cuya cabeza es como la de los perros, todos cubiertos con las pieles de bestias salvajes, y que en lugar de hablar acostumbraban a ladrar; están armados y bien equipados con uñas afiladas y penetrantes; viven de las presas que obtienen cazando animales salvajes y aves."
  • Los gimnosofistas: viven también en la India, y son filósofos "que desde la salida hasta la puesta del Sol son capaces de resistir todo el día mirando directamente al Sol, sin parpadear ni mover una sola vez sus ojos; y desde la mañana a la noche pueden permanecer de pie sosteniéndose a veces sobre una pierna, y a veces sob re la otra en la arena, pese a lo abrasadora que ésta es."
  • Los andróginos: es una subespecie africana, y son "de doble naturaleza, y en los que ambos sexos, macho y hembra, se parecen, y tienen conocimiento carnal unos de otros de manera intercambiable por turnos... Aristóteles dijo, además, que en el lado derecho de su pecho tienen una tetilla o pezón como un hombre, pero en el lado izquierdo poseen una teta o pezón como el de una mujer."
  • Los fisilios: también son africanos, y su aliento es "una ponzoña y veneno mortífero" para todas las serpientes. Usaban esta característica, de hecho, para comprobar la fidelidad de sus esposas: "Porque tan pronto parían éstas a sus hijos, su costumbre era exponer y presentar a los tontos bebés recién nacidos a las serpeientes más feroces, y crueles que podían encontrar; porque si no habían sido fieles sino que habían caído en el adulterio, las dichas serpientes no los evitarían ni huirían de los niños."
  • No sé vosotros, pero yo me imagino a Plinio un poco así:

    Vía | Historia de la ciencia sin los trozos aburridos de Ian Crafton

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