En un reciente estudio que forma parte de la iniciativa del Proyecto Cerebro Religioso, lanzado por un grupo de investigadores de la Universidad de Utah en 2014 y que tiene como objetivo comprender cómo funciona el cerebro en personas con profundas creencias espirituales y religiosas, se comparan las experiencias religiosas con el sexo.
Al menos para muchos creyentes, su religión le proporciona tantas satisfacciones como el sexo, tal y como afirma este grupo de investigadores de la Universidad de Utah, cuyo estudio ha sido publicado en Social Neuroscience.
Placer religioso
En el estudio detectaron mediante resonancia magnética qué regiones del cerebro se activaban en un grupo de jóvenes mormones misioneros muy comprometidos con su religión cuando evocaban sus sentimientos religiosos, descubriendo la activación de diversas estructuras del sistema de recompensa del cerebro. Entre las zonas actividadas, destaca el estriado ventral, que se da también en otras situaciones de euforia, como el amor romántico o maternal, el disfrute musical, o el consumo de drogas de abuso.
Tal y como explica Michael Ferguson, el autor principal de la investigación:
La experiencia religiosa es quizás una de las cosas que más influyente en las personas a la hora de tomar decisiones. Comprender lo que sucede en el cerebro para contribuir a la toma de esas decisiones es realmente importante.
Imagen | murdelta
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