De un tiempo a esta parte han proliferado las personas e incluso los grupos o sectas que afirman que son capaces de sobrevivir sin comer nada. Algunos directamente se alimentan del sol, como Supermán, tal y como refiere el documental estrenado en 2010 bajo el título Vivir de la luz. Lo podéis ver completo aquí arriba.
Una de las principales líderes de este movimiento, llamado respiracionismo, es Ellen Greve, que según afirma vive solo del sol y del aire desde 1993. Con todo, nunca ha logrado demostrarlo bajo condiciones controladas: según ella, no podía aguantar sin comer porque el aire estaba contaminado.
Las religiones también han fomentado casos de individuos que han vivido mucho tiempo sin comer. Ayunos sobrenaturales como el de la alemana Teresa Neumann, que desde los 25 años hasta su muerte solo ingirió la eucaristía.
La Iglesia católica tiene registrado este hecho como milagro. Entre los hinduistas también se afirma que, a través de la meditación, se puede vivir sin comer, como Prahlad Jahni, que garantiza que lleva 74 años sin ingerir alimento. Según explica JM Mulet en su libro Comer sin miedo:
El Ministerio de Defensa de ese país le sometió a una investigación para ver si su técnica podía servir para los soldados y de este modo ahorrar víveres. Aseguran que superó una prueba en condiciones de control, pero nadie ha visto esos logros publicados y, a pesar de esos anunciados buenos resultados y la técnica del saltón, los kits de supervivencia del ejército indio siguen incluyendo comida.
Algunas personas han muerto intentando llevar estas prácticas absurdas hasta sus últimos límites. Al igual que se trata de controlar la apología de la anorexia, tal vez también debería controlarse los mensajes pseudocientíficos a propósito de una vida sin comida. A día de hoy, sin embargo, Ellen Greve continúa vendiendo libros e impartiendo conferencias sobre la vida sin comida ni bebida.
No existe ninguna prueba de que una persona pueda vivir sin comer ni beber o ingerir nutrientes o líquidos por alguna vida. Como finaliza Mulet:
Además, estas creencias caen por su propia absurdidad. Asumamos que fuese cierto, que fuera posible mediante meditación, luz del sol, aire, fotosíntesis o píldoras mágicas vivir sin comer. Millones de personas en el mundo pasan hambre… Acabar con esa necesidad terminaría con tan terrible problema. Cómo puede ser que algo que podría salvar la vida de millones de personas solo lo sepan una señora que da conferencias, un tipo que vende pastillas y dos o tres santones.
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