La red permite acceder a un catálogo inabarcable de filias sexuales que, unido al anonimato de esta incursión, permite al usuario explorar libremente todo lo que se le antoje.
En este escenario de bendita libertad, ¿qué es lo que consume más? ¿Se dirige irremisiblemente hacia los contenidos cada vez más sórdidos o, por el contrario, se decanta por lo clásico?
Para comprobar cuál era el panorama actual en el que todos tenemos acceso a toda clase de porno, investigadores de la Universidad de Wayne, en Detroit, mostraron 90 fragmentos de diferentes películas pornográficas a un grupo de voluntarios.
Cada clip tenía un minuto de duración y mostraba diferentes posturas, tríos, interracial, felaciones, cunnilingus, sexo anal, masturbación, sadomasoquismo, bondage, etc. El estudio se realizó en mujeres que habían consumido porno anteriormente, pero que tampoco eran consumidores asiduas.
Las favoritas fueron las escenas de sexo vaginal. Tenían más éxito las posiciones sexuales en las que los hombres tomaban la iniciativa. Preferían el sexo heterosexual, pero si tenía que ser homosexual, entonces se decantaban por dos mujeres. Tal y como abunda en ello Pere Estupinyà en su libro S=EX2:
Entre lo peor para la mayoría de las mujeres estaban el sexo anal, las felaciones y las conductas consideradas abusivas, si bien un número considerable de ellas describía estas escenas como no estimulantes mentalmente, pero sí físicamente. Éste es un dato interesante, consistente también con otros que muestran que muchas mujeres tengan fantasías sexuales sobre actos que en realidad no quieren realizar.
¿Y los hombres?
Ogi Ogas, autor del libro A Billion Wicked Thoughts, analiza en el mismo las búsquedas en las principales webs eróticos, concluyendo que existe una búsqueda masiva de vídeos porno de mujeres con pene. Esto no significa que tales vídeos exciten necesariamente a los hombres: podrían buscarse por simple curiosidad.
Pero sí es cierto que el trabajo de Ogi Ogas sobre el mundo online reflejaba la misma experiencia offline que describen las mujeres transexuales: muchos hombres heteras sienten atracción sexual por los trans.
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Imágenes | Pixabay
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