Proyectos de nanotecnología para conseguir agua potable para todo el mundo

El acceso universal al agua potable podría cambiar el mundo para siempre. El problema es que la mayoría del agua de la Tierra es salada y solo un pequeño porcentaje de la no salada resulta potable. Estamos hablando de menos del 1% de toda el agua del mundo.

Desalinizar y potabilizar el agua todavía es caro, pero el escenario podría cambiar drásticamente gracias a la tecnología. Por ejemplo, en 2009 salió a la luz Lifesaver, un filtrador de agua con bombeo manual y portátil que, mediante nanotecnología, criba en pocos segundos bacterias, virus, parásitos, hongos y otros patógenos transmitidos por el agua.

Además, un filtro de Lifesaver dura lo suficiente como para producir 6.000 litros de agua. Y el sistema se clausura en cuando se agota para evitar que el usuario pueda beber agua contaminada. Es un buen invento para casos de emergencia o para hacer una excursión, pero no para salvar al mundo.

No obstante, todo depende de la magnitud y el dinero invertido. Según su creador, un ingeniero inglés llamado Michael Pritchard, un bidón que use el filtro Livesaver puede producir 25.000 litros de agua, y hacerlo funcionar cuesta solo medio centavo al día. Invirtiendo 8.000 millones de dólares, se ofrecería agua potable a la mitad de las personas del mundo sin acceso a la misma. Por 20.000 millones, todo el mundo tendría acceso al agua potable.

Otros avances nanotecnológicos

La inversión en la industria nanotecnológica no deja de crecer, estamos entrando en la era de la fabricación molecular, y actualmente ya hay nanomateriales capaces de capturar fácilmente metales pesados, entre otros contaminantes, del agua.

Un nanofiltro también ha sido desarrollado por investigadores de IBM y la compañía Central Glass, con sede en Tokyo, y éste es capaz de eliminar del agua tanto la sal como el arsénico, algo que era imposible hasta hace poco.

Peter H. Diamandis aborda más proyectos en marcha en su libro > Abundancia: > >

En el frente de la higiene, actualmente los sanitarios se están fabricando con nanomateriales que se limpian a sí mismos y que desatascan y eliminan la corrosión: mientras que las cañerías de cierre automático, basadas en nanomateriales y que reparan las fugas de manera autónoma, están mucho menos desarrolladas.

Otra idea aún más de ciencia ficción (de hecho recuerda a la novela Dune, de Frank Herbert), es la que desarrollan los investigadores de DIME Materiales Hidrofóbicos, una empresa con sede en los Emiratos Árabes:

Han desarrollado una arena hidrofóbica basada en la nanotecnología. con un grosor de diez centímetros, situada debajo de la capa superficial del desierto, desciende la pérdida de gua en un 75 por ciento. En Oriente Medio, donde el 85 por ciento de toda el agua se usa para regar, este sistema puede emplearse tanto en los cultivos como en combatir la desertificación.

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