Mitos sobre el ictus cerebral, la cuarta causa de muerte

Una de las principales causas de lesión cerebral y la cuarta causa de muerte (al menos en Estados Unidos, que cada año fallecen casi un millón de personas según la National Stroke Association), es el ictus cerebral, un trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro.

El más común es el ictus isquémico, que implica la obstrucción de un vaso sanguíneo en el cerebro. Pero cada ictus tiene unos efectos en función de d´nde se producen y la extensión de su daño. Además, alrededor del ictus cerebral hay una serie de mitos que vale la pena desterrar.

Solo afecta a personas mayores

El ictus cerebral no afecta solamente a las personas mayores, y cada vez es más frecuente entre los más jóvenes. Actualmente, una de cada cinco víctimas tiene menos de 55 años, y una de cada diez, menos de 45. La actriz de Hollywood Sharon Stone, por ejemplo, sufrió un ictus hemorrágico en el año 2001, cuando solo contaba con 43 años.

Se limita a la discapacidad física

Además de las consecuencias físicas, el ictus también tiene un alcance psicológico y emocional, tanto para los pacientes como para las personas cercanas al mismo. Entre los déficits cognitivos pueden estar los problemas de producción y comprensión del lenguaje (afasia) y la amnesia.

Son inevitables

El 80% de los ictus pueden ser evitables si se reducen los factores de riesgo personales, como la presión alta, el colesterol, la diabetes, la obesidad, la falta de ejercicio, fumar, una dieta inadecuada y un consumo excesivo de alcohol.

Todos tenemos la misma predisposición

No, hay personas con mucha mayor predisposición que otras a sufrir un ictus. El ictus se da más entre los hombres que entre las mujeres, aunque la mortalidad es mayor en estas últimas. También influye la historia familiar de ictus, haber sufrido un ictus con anterioridad y pertenecer a determinadas etnias, como por ejemplo la afroamericana.

Llega sin avisar

Normalmente hay una serie de síntomas que nos indican que estamos a punto de sufrir un ictus cerebral. Ante tales síntomas, debemos acudir a urgencias.

Algunos de estos síntomas son: Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco. Pérdida súbita de visión, parcial o total, en uno o ambos ojos. Dolor de cabeza de inicio súbito, de intensidad inhabitual y sin causa aparente. Sensación de vértigo intenso. Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse. Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), advierten de que no hay que quitar importancia a estos síntomas porque desaparezcan espontáneamente.

Imágenes | Pixabay

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