Las palomitas de maíz ayudaron a sentar las bases del imperio azteca (y cómo hacerlas con una lata de refresco)

El maíz es fácil de cultivar y muy rico en proteínas. Cultivada por el ser humano durante milenios para obtener granos cada vez mayores, el maíz produce más alimentos por hectárea que cualquier otra planta de la Tierra. Entre otras cosas, el maíz nos permite hacer palomitas de maíz, también llamadas alborotos, millo, rositas de maíz, gallitos, poporopos, poscon, popcon, pocorn, poporochos, pochoclos, pururú, pop, popcorn, pop corn, canchita, cancha perlita, canguil, pororó, cotufas, crispetas, maíz pira, chivitas, cabritas de maíz, maíz tote, pipocas, rosetas, rosas, rositas, roscas, tostones, cocaleca, o flores.

Los arqueólogos han encontrado palomitas de maíz de 4.000 años de antigüedad. Durante la época colonial, los conquistadores encontraron restos de palomitas en tumbas de hacía más de 1500 años. Cristóbal Colón se dio cuenta de que los aborígenes americanos vendían a los marineros corpiños y sombreros que hacían con palomitas de maíz. La costumbre de comer palomitas en los cines se puso de moda en Estados Unidos desde 1912.

Dolores Piperno, una paleobotánica con Tropical Research Insitute del Smithsonian, señala que el maíz y, específicamente, las palomitas de maíz, ayudaron a sentar las bases del imperio azteca. El idioma azteca incluso tiene una palabra para el sonido de muchos granos de maíz estallando a la vez: totopoca.

Tras la invasión de los españoles, las palomitas se propagaron por el mundo. Los primeros colonos estadounidenses comían palomitas de maíz en el desayuno, con azúcar y crema. En 1885, el estadounidense Charles Cretors patentó la máquina comercial para fabricar palomitas de maíz.

A medida que el grano es calentado más allá del punto de ebullición del agua (100 °C), hasta los 175 °C, la humedad dentro del grano empieza a convertirse en vapor, generando presiones internas de hasta unas 9 atmósferas. La fuerza de la explosión voltea al grano de adentro hacia fuera, es decir que el contenido del núcleo queda expuesto.

Según el investigador Joe Vinson, uno de los pioneros en defender las propiedades del chocolate y de muchos frutos secos, las palomitas pueden ser tan saludables como la fruta si se hacen en una sarten con un poco de aceite de oliva o en palomitera que reviente los granos de maíz con aire caliente (nada de bolsas para microondas, que tienen mucha grasa). Al parecer, el maíz inflado contiene mayor concentración de polifenoles (sustancias que luchan contra la oxidación natural del organismo), que las frutas, los frutos secos y los vegetales.

Si queréis haceros vuestro propio palomitero, en plan DIY, entonces no os perdáis el siguiente vídeo sobre cómo hacerlo con una lata de refresco:

Con todo, si aún queréis hacer las palomitas en vuestro microondas y no sabéis cuál es el momento idóneo para sacarlas, quizá os interese la siguiente app: Perfect Pop. Esta aplicación que se encuentra disponible actualmente sólo para iPhone, escucha el sonido del interior del microondas para determinar cuándo extraer las palomitas de maíz de manera óptima. Perfect Pop evalúa los sonidos de las explosiones y después los analiza con los datos extraídos de cientos de bolsas de palomitas de maíz y varios modelos de microondas.

Vía | npr

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