Las esferas brillantes que el astronauta John Glenn vio en su órbita a la Tierra fueron algo bastante prosaico

En 1962, el coronel estadounidense John Glenn fue lanzado al espacio en una cápsula que orbitó la Tierra tres veces. Allí vio algo que le cambió la vida a nivel espiritual: unas diminutas esferas brillantes que danzaban alrededor de la cápsula de forma angelical.

“Trataré de describir en medio de lo que estoy aquí”, transmitió a la Tierra. “Estoy en medio de una gran aglomeración de partículas pequeñas, están brillantemente iluminadas, como si fueran luminiscentes. Nunca he visto nada igual. Ellas me rodean un poco, se aproximan a la cápsula y parecen pequeñas estrellas. Toda una lluvia de ellas se me viene encima”. En realidad eran...

Pipí y el programa Mercury

Aquellas esferas eran orbes resplandecientes que acumulaban el conocimiento de una civilización extraterres... no, solo era la orina de Glenn, que se había congelado y había formado gotas perfectamente esféricas al ser expulsadas por la cápsula. Poesía cósmica del pipí capaz de conmover.

El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzó el Sputnik 1, el primer satélite artificial. Como respuesta, se creó la NASA y yna de las primeras iniciativas de la agencia se anunció el 17 de diciembre de 1958: el programa Mercury, cuyo objetivo era llevar al hombre a la órbita terrestre, devolverlo sano y salvo a la Tierra.

La NASA recibió autorización de Eisenhower para reclutar a sus primeros astronautas entre los pilotos de pruebas militares. los candidatos debían ser menores de 40 años, poseer un grado en Bachiller universitario en ciencias o equivalente y medir 1,80 m o menos (el único requisito impuesto estrictamente era la altura, debido al tamaño de la nave espacial del programa Mercury: las cápsulas Mercury eran pequeñas y sólo tenían capacidad para un tripulante).

El vuelo de Glenn fue el tercero del programa, y el primero que llegó a la órbita terrestre, y estuvo metido en la nave durante las 4 horas y 55 minutos que duró el vuelo, y las casi cuatro horas en las que tuvo que esperar en la rampa de lanzamiento a que se solucionaran diversos fallos técnicos antes del lanzamiento.

John Glenn formaba parte de los siete primeros astronautas de la NASA, reclutados para el Proyecto Mercury. Conocidos como los Mercury 7, junto a Glenn figuraban también Gus Grissom, Scott Carpenter, Alan Shephard, Deke Slayton (el único que no voló en una cápsula Mercury), Gordon Cooper y Wally Schirra. Grissom fallecería en el accidente del Apolo I, en 1967, y de todos ellos, sólo Shephard iría a la Luna, en la misión Apolo XIV.

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