Los dos inventos que revolucionaron la industria del café gracias a la guerra

Antes de que el café se encapsulara y se vendiera como objeto de lujo, casi como una colección de gemas de distintos colores, durante la guerra de Secesión Americana se llevaron a cabo dos inventos que revolucionaron la naciente industria del café. Ambos inventos desarrollados para sacar provecho de la economía de guerra.

El primero fue una ligera y duradera bolsita para los cacahuetes, creado en 1862. El segundo fue un tostador con autodescarga, ideado en 1864 por Jabez Burns.

Al parecer, Burns sentía repugnancia por el licor fuerte, así como la limitada seguridad del mismo, y por el contrario se declaraba devoto del café. Así que, al ver la oportunidad, Burns abandonó su trabajo de contable en un molino de café para perfeccionar su tostador de café.

Tal y como escribe Mark Pendergrast en su libro El café, historia de la semilla que cambió el mundo:

Mediante un inteligente dispositivo de doble rosca, el invento de Burns empujaba los granos uniformemente hacia arriba y hacia abajo mientras giraba el cilindro. Lo mejor de todo era que cuando el operador abría la puerta del tostador, los granos caían en una bandeja de refrigeración.

Estos tostadores permitieron introducir a la torrefacción del café una medida de uniformidad. Y poco después, un tendero de Pittsburgh llamado John Arbuckle, demostró que la estandarización, la colocación de marcas y la comercialización podían abaratar las mercancías.

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