La idea de alcohol produce mayor deseo sexual aunque no hayas bebido alcohol

Las ideas asociadas al alcohol (despiporre, hablar grumoso, desinhibición sexual, etc.) son tan poderosas que incluso surten efecto aunque no probemos ni una sola gota de alcohol. Es decir, que en parte nos comportaremos como beodos aunque no hayamos empinado el codo.

Semejante efecto se pudo comprobar en un curioso experimento en el que a un grupo de hombres se les sometía a la valoración estética de fotografías de mujeres. Previamente, a estos hombres les mostraron palabras como “cerveza”, pero pasadas tan rápidamente que solo pudieran ser percibidas inconscientemente.

Los sujetos, entonces, clasificaban las fotografías como más atractivas que si hubiesen estado sobrios. Y este efecto era aún mayor en quienes creían más intensamente que el alcohol aumenta el deseo sexual.

En este estudio de Friedman, McCarthy, Förster y Denzler, Automatic effects of alcohol cues on sexual attraction, incluso se daba el caso de que otros conceptos relacionados con el alcohol (como la sociabilidad) pudieran activarse primándolos con palabras relacionadas con el alcohol.

Embriagarse sin probar alcohol también es posible si nos convencen de que estamos bebiendo unas bebida alcohólica cuando en realidad no lo es, como explicamos hace algún tiempo en Si no bebes alcohol también te puedes emborrachar: basta con que te imagines que lo bebes.

Imagen | Hell, Etc

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