Las primeras formas de agricultura

El enclave arqueológico situado en el valle del río Jordán (Gilgal I), es uno de los yacimientos más antiguos del Neolítico, se sitúa a 12 kilómetros al norte de Jericó, en el valle del Jordán. Allí, han encontrado los restos de unos higos carbonizados con una antigüedad de 11.400 años. La importancia de este descubrimiento radica en la posibilidad de que sea una de las primeras formas de agricultura humana, ya que la que conocíamos hasta la fecha eran los cultivos de cereales que se dieron hace 10.500 años en Oriente Próximo.

Se cree que los 9 higos encontrados, pertenecían a una variedad comestible y que daba la impresión de que habían sido almacenados y desecados para su posterior consumo durante el invierno. Los higos encontrados pertenecen al periodo neolítico y pertenecen a una variedad auto-polinizadora o paternocárpica, es decir que carecen de semillas y es necesaria la reproducción de la higuera a través de esquejes. Además la fruta de este tipo de higueras no necesita polinización

Las higueras paternocárpicas se dan de vez en cuando en la naturaleza, son una mutación en la que el árbol es estéril debido a la ausencia de semillas y es lógico pensar que en ausencia de semillas y la necesaria intervención de la mano del hombre, los expertos lleguen a la conclusión que estos higos son un indicio del inicio de la agricultura.

Bruce Smith, del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, explica que el origen de la agricultura fue un lento proceso que se realizo en distintas zonas y a una escala pequeña a base de muchas pruebas y errores con distintas plantas. Hecho que se sigue consumando en la actualidad pero con más avances tecnológicos y más sapiencia.

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