Quimeras humanas

Pongamos por caso que, un buen dia te dicen que tus hijos no son tuyos porque la genética asi lo establece. Bien, si eres un hombre, seguramente te mosquees un rato y te preguntes cómo ha sido posible (no vamos a entrar en mayores supuestos...). Pero si eres mujer, es poco hablar del shock que sufrirás como reacción a la noticia. Cuando menos, estarás bastante segura de haber tenido en tu interior a los niños/as que ahora dicen que no son tuyos.

Este es el caso de una mujer de 52 años, con hijos mayores de edad, que fue con ellos a hacerse unos análisis de ADN para un simple transplante y salió de hospital con la certeza (según el análisis realizado) de que sus hijos no eran de su misma cepa genética. El caso de Jane, la mujer en cuestión, es lo que se conoce como la Quimera Humana. Ese es un hecho comprobado, y se puede hablar de quimeras cigóticas y quimeras postcigóticas. Las primeras se caracterizan por la fecundación, por ds espermatozoides diferentes de dos cuerpos ovulares, uno derivado del otro y producen un solo individuo. En las segundas, el individuo se origina a raiz de la fusi´n de dos embriones diferentes.

Existen también las llamadas quimeras de sangre, que se caracterizan por la comprartición durante la gestación de partes de la misma placenta lo cual hace que el riego sanguíne se compatrta. Se estima que hasta el 8% de los gemelos pertenecen a esta clase de quimeras.

El caso de Jane es especial: durante la gestación, ella y su gemelo/a se mezclaron en el útero, gestándose como un único feto. No es correcto hablar de mosaico de células, pero es una idea que quizás sirva para entender del todo la situación. Las células de su gemelo/a, su patrón genético, se refelejó en sus ovarios (al menos en algunos) y de ahí sus no hijos.

Un caso más dramático es el de un hombre que acudió al médico por causa de un testículo que, se suponía estaba retraido. La sorpresa fue mayúscula cuando se comprobó que no sólo no existía tal testículo, sino que en su lugar se encontraba una trompa de Falopio y un ovario. Sin llegar a esos extremos, muchas quimeras presentan indicios de que lo son, como ojos que no son iguales (quizás de diferentes colores), pelo parcialmente coloreado, etc.

Vía | Damn Interesting Más sobre quimeras humanas: Genética y Bioética

Portada de Xataka Ciencia